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lunes | 28 octubre | 2024
La sexta sesión del juicio por la muerte de Samuel Luiz se celebró este miércoles en la Audiencia Provincial de A Coruña con la declaración de nuevos testigos que juraron o prometieron decir la verdad sobre lo que vieron en la madrugada del 3 de julio de 2021. Se trata de cinco viandantes, tres de ellos amigos entre sí, y el empleado de un pub de la zona de Riazor.
Una nueva jornada para tratar de obtener más detalles con el fin de esclarecer qué hizo cada procesado en la noche de los hechos, cuando Luiz perdió la vida a causa de una brutal paliza. No fue una sesión especialmente reveladora, pero sí se aportaron nuevos datos que arrojan luz a la reconstrucción de los hechos: Samuel fue perseguido hasta que lo remataron.
El primero en pasar por la sala fue Brandon, un joven que el 3 de julio de 2021 caminaba por el Paseo Marítimo con unos amigos cuando escuchó gritos y vio a gente amontonada en las inmediaciones de un local de fiesta de Riazor. Este relató que vio cómo se llevaban a un chico al que “supuestamente habían pegado”. A “cinco o diez metros”, señaló, “había uno, bastante agresivo, que quería ir hacia él y estaba sin camiseta”. Sobre este último, Brandon afirmó que dijo: “Le voy a pegar una puñalada en el corazón, que no tengo nada que perder”. Confirmó, además, que había una chica “que se parece mucho” a Katy Silva, una de las acusadas, intentando frenar al joven que estaba sin camiseta, con el fin de parar la agresión.
Cuando Ibrahima Diack y Magatte Ndiaye “protegían a Samuel”, el primer testigo de la jornada presenció cómo un grupo “de lo que creo que eran más de seis personas” corría detrás de ellos. “Cuando le empiezan a pegar corro con mis amigos para intentar pararlo. Cuando terminaron de hacer lo que hicieron se marcharon. Vi que Samuel estaba boca arriba y lo puse de lado porque se estaba ahogando con su sangre”. En ese instante llegó al lugar un hombre que aseguró ser médico “y lo dejé con él”. Brandon, que no fue capaz de identificar a ninguno de los procesados, sí indicó que la víctima recibió “patadas y puñetazos”, aunque no pudo confirmar que alguien portase una navaja o una botella de cristal.
El segundo citado a declarar en la sala de la Audiencia fue Martín, amigo de Brandon. Este coincidió en su versión y reprodujo la misma locución relatada por el primer testigo: “No crucé la calle pero escuché los gritos, vi cómo lo perseguían y escuché una frase de uno que dijo: ‘Te voy a apuñalar en el corazón, no tengo nada que perder’”. En este caso, sí pudo identificar al acusado que, supuestamente, pronunció esta frase: Diego Montaña.
El letrado de este procesado, Luis Manuel Salgado, recordó que este testigo no identificó a su cliente en la rueda de reconocimiento que se llevó a cabo en 2021, pero Martín dijo, contundente, que ahora “está seguro”. El abogado trató de desacreditar el testimonio alegando que el caso es muy mediático y que este podría estar ‘contaminado’ por la cantidad de información difundida desde entonces. Martín vio a Samuel en el suelo. También presenció cómo los dos ciudadanos senegaleses se llevaban a la víctima y la protegían de los “cuatro o cinco” agresores que los perseguían. Estas dos personas, manifestó, recibieron golpes.
Después de Brandon y Martín, fue el turno de Zumira, de la misma pandilla de amigos. “Una chica –Lina– me pidió ayuda porque estaban acosando a su amigo por ser gay”. Esta llegó al lugar, como los dos primeros testigos, en el intervalo entre el inicio de la agresión y el final. Esta también vio a Samuel en el suelo, escuchó la frase del apuñalamiento en el corazón y, relató, “intentamos parar la sangre”. Reconoció a Diego Montaña como la persona que dijo la mencionada frase y testificó recordar la voz de una mujer diciendo “vámonos, que va a venir la polícia”.
La sesión continuó con el testimonio de Marco Antonio, un policía sanitario. Este contó que, cuando iba a buscar a su hija, se encontró a Samuel en el suelo. Luiz estaba entonces “totalmente inconsciente” y sangrando “abundantemente por la boca, oídos y cabeza”, por lo que el testigo procedió a ponerle su jersey como almohada. “Con la mano, intento parar el reguero de sangre que estaba echando. Le giro el cuello hacia mí, le aparto la lengua y le hago el boca a boca y el masaje cardíaco hasta que llega la ambulancia”. Señaló, además, que en ese momento “no le encuentro el pulso”. “El tiempo se te hace eterno en esa situación”, sostuvo.
Por la Audiencia Provincial de A Coruña también pasaron Pablo y Héctor José. El primero apareció en la avenida de Buenos Aires cuando los agresores se marchaban. Describió a unos “chavales andando rápido” con los que se cruzó al final de la avenida de Rubine y dijo que había una chica llamando a Samuel por su nombre, “desesperada”. “Tenía gestos de dolor, llamándole por su nombre, desesperada, gritando”. Su pareja intentó calmar a esta joven.
El segundo, Héctor José, era el portero de la discoteca en la que tanto la víctima como los agresores habían estado de fiesta el 3 de julio de 2021. Testificó que invitó “a salir del pub” a Diego Montaña y Katy Silva “y les dije que resolvieran fuera sus problemas”. Todo ello tras ver cómo Montaña le daba un golpe a una mesa en un reservado mientras discutía con la que era su pareja en aquel momento. “Los invité a irse de buenas maneras”, comentó, para añadir que el joven quería volver a entrar en el local, mientras Silva se negaba. Sobre la posibilidad de que Montaña sacase una botella del establecimiento, el testigo considera que no, pero podría ser posible “si la escondió de alguna manera”.
El juicio continuará este jueves con la declaración de los dos asesinos confesos de Samuel, ya condenados. En el momento de los hechos todavía eran menores de edad y por ello un juez decretó su ingreso en un centro de reeducación en régimen cerrado tras un acuerdo de conformidad entre las partes personadas. Su condena, de tres años y medio, está a punto de cumplirse. A la condena se le suma la medida de libertad vigilada durante tres años, a cumplir una vez salgan del centro. También testificarán este jueves tres amigos de los acusados con los que se encontraron más tarde aquella noche.
Estaba prevista la declaración de los padres de Samuel Luiz el próximo lunes, si bien las acusaciones renunciaron al testimonio de la madre, por lo que no declarará. Sí lo hará el padre. Hubo más renuncias, ya que tampoco declarará un amigo de los acusados previsto para el viernes y otro testigo presencial previsto para el lunes. Por todo ello, se suspende la sesión prevista para el viernes y se citó a las personas llamadas para el lunes. El martes se celebrará la última sesión vinculada a testigos y el miércoles empezará la declaración de los expertos y peritos.
La mayoría de los testimonios aportados en lo que va de juicio apuntan hacia una misma dirección: Diego Montaña inició la agresión y Alejandro Freire inmovilizó a Luiz. El papel de Katy Silva, sin embargo, sigue siendo una incógnita. Mientras algunos apuntan que esta apoyó a su expareja (Montaña) en la agresión, otros la exculpan. Nadie ha afirmado hasta el momento que Kaio Amaral y Alejandro Míguez agrediesen a la víctima. Todos ellos se enfrentan al delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, a excepción de Amaral, al que se le suma robo con violencia. Para Silva y Montaña consta la agravante de discriminación por condición sexual. Para estos últimos piden 25 años de prisión. Para Freire y Míguez, 22; y en el caso de Amaral, la pena asciende a 27.
