La Audiencia Provincial de A Coruña acogerá la segunda semana del juicio por el crimen de Samuel Luiz. La de este lunes, una jornada esperada para las defensas. Cinco amigos de los acusados presentes en el Paseo Marítimo en la madrugada del 3 de julio de 2021 llegarán a la sala para relatar lo que vieron el día de los hechos. 

“El lunes será clave”, adelantó el letrado de Kaio Amaral, José Ramón Sierra, la semana pasada. Su cliente se enfrenta a 27 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento y por robo con violencia. Sierra espera que con los testimonios de estas personas pueda esclarecerse que su cliente es inocente. Los relatos de los testigos de la primera semana de juicio fueron “esperables” para el abogado, pero el factor sorpresa jugará ahora un papel importante.

Mañana, martes, será el turno de un conocido de los procesados que también se encontraba en el lugar, además de cuatro viandantes. El miércoles, además de otros dos transeúntes que presenciaron lo ocurrido en la fatídica noche, prestará declaración un empleado de un pub. Ya el jueves, uno de los testimonios más esperados de la semana: el de los dos menores de edad en el momento de los hechos, ya condenados. Estos últimos han sido señalados por Katy Silva y por Alejandro Míguez en sus declaraciones, además de Diego Montaña y Alejandro Freire. 

No serán las únicas personas que acudan a la Audiencia Provincial el jueves: también lo harán tres viandantes que se encontraron con los acusados tras los hechos. Ya el viernes, una amiga, tres conocidos y un amigo de los acusados acudirán al juicio para responder a las preguntas de las partes. Será la antesala a una semana, la última del mes de octubre, especialmente dura: los padres de Samuel testificarán el día 28, y el 30 darán comienzo las exposiciones de peritos, policías y médicos, entre otros profesionales que tuvieron relación con el caso.

Argumentos

Las defensas piden la absolución de sus clientes y reclaman que se determine el papel que jugó cada uno el 3 de julio. Diego Montaña, Katy Silva, Alejandro Freire, Kaio Amaral y Alejandro Míguez están acusados de acabar con la vida de Samuel. Todos ellos se enfrentan a una pena por asesinato con alevosía y ensañamiento. Míguez y Freire, a 22 de años en prisión; Silva y Montaña, a 25 –para ellos consta una agravante de discriminación por condición sexual–; Amaral, a 27 años, ya que también se le atribuye el delito de robo con violencia.

“No hace absolutamente nada”, aseguró Luciano Prado, el letrado de Katy Silva, quien definió a su clienta como una “niña”, mientras sostuvo, frente a lo que mantienen las acusaciones y Lina, la amiga de Samuel que se encontraba aquella noche con él, que intentó parar la agresión. El abogado de Kaio Amaral, José Ramón Sierra, rechazó el pasado miércoles que este participase en la agresión e insistió en que intentó “separar”. Negó, además, que Amaral robase el móvil de la víctima, hecho por el que se pide la pena más elevada de los cinco acusados.

Por su parte, David Freire, defensa de Alejandro Freire, alegó que “no toda agresión con resultado de muerte tiene la misma consecuencia jurídica”. Luis Manuel Salgado, el letrado de Diego Montaña, considerada la persona que inició la agresión que desencadenó en una brutal turba, calificó como “deleznable” haber golpeado a la víctima, pero defendió la absolución de su cliente al poner en duda la “intencionalidad” de sus actos aquel día, cuando su representado “quería gresca”. Por último, Manuel Ferreiro, que representa a Alejandro Míguez, se mostró contundente en sus alegatos iniciales: “No hay ni un solo fotograma de Alejandro golpeando a Samuel”. Por ello, dijo que una denuncia “no puede ser una condena”. 

La fiscal del caso, Olga Serrano, alegó que el acusado que inició los golpes –Montaña– interpretó la condición sexual del fallecido, hecho por el que mostró su desprecio, en compañía de su pareja –Silva–, y advirtió: “Estamos aquí por una cacería brutal e inhumana contra Samuel Luiz. El daño está hecho y es irreparable”. La representante de la acusación particular de la víctima, Esther Martínez, que representa a los padres de Samuel, planteó que “se nos dice que no querían matarle. Y entonces, ¿qué querían? ¿mandarle a la UCI, dejarle en silla de ruedas o romperle todos los huesos?”. Por parte de la acusación popular, ejercida por ALAS Coruña, su representante, Mario Pozzo, definió a los procesados como una “manada”. 

Las próximas horas podrían ser determinantes. Los amigos de los acusados están obligados a contar la verdad de lo que presenciaron el 3 de julio de 2021. De momento Silva y Míguez apuntaron a Montaña y Freire. La amiga de Samuel reiteró que Silva le impidió que ayudase a la víctima; e Ibrahima y Magatte, los senegaleses que auxiliaron a Samuel, identificaron, en el caso del primero, a Freire, mientras que el segundo señaló a los cinco como presentes en el lugar.