Los bancos de la calle Compostela amanecieron ayer dañados, en un episodio más de lo que se está convirtiendo en una costumbre, para irritación del Gobierno local, que tiene que reponer el mobiliario dañado. Aunque no hay testigos, se presume que los pesados bancos de cemento han sido golpeados por un vehículo, y sacados de su sitio con la fuerza del impacto.
Como ya se ha dicho, no es la primera vez que sucede. La última vez fue a mediados del mes pasado. Por aquel entonces, el edil de Infraestructuras, Urbanismo y Movilidad, Francisco Díaz Gallego, mostraba su irritación porque aparecieran desplazados los macizos bancos de piedra que se encuentran en el cruce de la plaza de Lugo con al calle Compostela. “Cada vez que lo muevan se va a recolocar y cada vez que lo rompan se va a reponer.”, alertaba.
En un principio, se achacan estos daños a los conductores que no respetan la nueva calle peatonal. Por eso Díaz advertía a través de sus redes sociales: “Aviso a navegantes para quienes pretendan no respetar la calle Compostela. Desde luego, el uso peatonal y los nuevos espacios de estancia no se van a perder”. .
La peatonalización de la calle Compostela permitió ganar 4.634 metros cuadrados para uso peatonal. Las obras se dilataron más de lo previsto, y costaron 1,1 millones de euros. Se plantaron una veinte de árboles y se retiraron varias plazas de aparcamiento, lo que dificultó la movilidad de los vehículos de carga y descarga.