Entre las quejas que recibió la Valedora do Pobo el año pasado, se encuentran muchas de A Coruña, que es la ciudad que más protestas ha dirigido (96). Varias de ellas, por los alborotos que ha tenido que soportar algún vecino. Lo cierto es que las quejas por ruido suelen ser habituales, pero los informes municipales apuntan a que A Coruña cada vez es una ciudad cada vez más silenciosa, a medida que el tráfico, que es la principal fuente de ruido, se reduce, y todo gracias a que el tráfico ha disminuido un 12% con respecto al anterior estudio, que se remonta a 2016.
Según la memoria del Mapa Estratégico de Ruido (MER) de A Coruña, que es el cuarto que se ha elaborado en veinte años, la situación ha mejorado sensiblemente. Los expertos municipales reconocen que esto se debe a dos factores: el primero es que se han cambiado los métodos de cálculo, lo que los hace más precisos que en los tres anteriores mapas de ruido. El segundo es la ya mencionada reducción de la circulación rodada.
Es un cambio muy importante, que se debe en parte al uso de sistemas alternativos de transporte y a la implantación de la Zona 30 en todas las calles de la ciudad que no sean de doble sentido, antes incluso de que fuera una medida de obligado cumplimiento. El Ayuntamiento tiene previsto continuar con sus políticas de movilidad sostenible, aunque en el MER alertan que en el próximo informe, el quinto, aunque se espera que se siga eliminando ruido, dichas “reducciones no podrán ser tan significativas como las obtenidas hasta ahora, sino que serán más progresivas”.
El Ayuntamiento desplegó por toda la ciudad 18 sonómetros, lo que permitió a los técnicos captar los niveles de ruido de las principales calles. En los últimos años, desde el anterior MER, se ha logrado reducir la población expuesta a niveles elevados de ruido (de más de 75 decibelios) en dos tercios, pasando de aproximadamente 173.000 personas a casi 64.000 el año pasado.
Lo que valora el MER no son los ruidos casuales, como puede ser el ocio nocturno, sino los que genera la circulación, ya sea de coches, ferroviario o incluso aéreo, así como la industria (Estrella Galicia, Coca-Cola, Repsol...). Pero es el del tráfico el que realmente supone un problema por los decibelios que genera, sobre todo durante el día.
Comparado con el anterior MER, que se publicó en 2016, algunas cosas no han cambiado. Por ejemplo, el IES Fernando Wirtz y el Eusebio da Guarda siguen compartiendo el dudoso honor de ser los centros de enseñanza que soportan más de 75 decibelios de ruido, debido a que se encuentran dos nudos de comunicación importantes, como son la avenida de Alfonso Molina y la plaza de Pontevedra.
64.000 vecinos
siguen expuestos a altos niveles de ruido, dos tercios menos de los que se registraron en el mapa de 2016
Lo mismo ocurre con tres de las instalaciones hospitalarias más importantes, como la Casa del Mar, el propio Chuac y Hospital Materno, que se encuentran en la avenida del Ejército y su prolongación, la de A Pasaxe, ambas vías de gran capacidad y de doble sentido. En total, hay tres colegios y seis hospitales en zonas donde el nivel medio de ruido a lo largo del día supera los 75 decibelios, lo que se considera peligroso para la salud.
Pero el nuevo MER insiste en que la situación ha mejorado mucho. De esta manera, comparando ambas fases, la población afectada según el indicador Lden (nivel de ruido medio durante todo el día, según el estándar europeo) se ha reducido en un 68%, valor próximo a las reducciones en el resto de los indicadores Ld Cont (nivel medio durante la mañana, Le (nivel medio durante la tarde) y Ln (nivel medio durante la noche), que experimentan un 72%, 75% y 63%, respectivamente.
Es importante destacar que la población expuesta a niveles inferiores a los Objetivos de Calidad Acústica (OCA) ha aumentado desde 2016. Es decir, que aunque los oídos de los coruñeses siguen soportando ruido, este cada vez es menos potente, con las consiguientes ventajas para la salud.
La más importante medida medioambiental que ha instaurado el Ayuntamiento es la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que todavía no está completada. La restricción del tráfico se aplica solo en la zona 1, que abarca la Ciudad Vieja y La Marina. En la zona 2, que llegará hasta la ronda de Outeiro, “se puede alcanzar una disminución de tráfico del 25%, y en el ámbito de la zona 1 de hasta el 40%, valores próximos a los objetivos de reducción de emisiones del 40% en el horizonte 2030, planteados en la actual Estrategia Municipal Contra el Cambio Climático”.
“No existe una ciudad con un nivel de ruido adecuado”, señala un técnico consultado. Sin embargo, sobre todo durante la noche, el nivel se reduce hasta la zona verde para una cuarta parte de la población. Los coruñeses pueden descansar tranquilos. Por lo menos, en ese aspecto.
Ciudad de lugo y orillamar, entre las calles más sonoras |
No es una sorpresa para nadie que entre las principales vías con mayor afección acústica se encuentran las que más tráfico soportan a diario, las de mayor capacidad, como las rondas de Nelle y Outeiro o las avenidas de Arteixo, Oza o Finisterre. Entre las calles más ruidosas, el Mapa Estratégico de Ruido (MER) incluye la de Juan Flórez, Federico Tapia y La Torre, lo que tampoco es una sorpresa, pero sí que resulta más llamativo el hecho de que la calle Orzán sea una de las más ruidosas, así como la de Orillamar y la de Ciudad de Lugo. Estas calles, a pesar de ser de un solo sentido, absorben gran parte del tráfico de su zona y esto se deja sentir en el estrépito que se escucha |