El apuñalamiento que tuvo lugar el jueves en Os Castros y por el que fue  detenido un traficante de drogas pone de relieve el problema de inseguridad que genera el consumo. Aunque se pueden encontrar puntos de droga en cualquier barrio, en los últimos meses se han concentrado los incidentes en la parte este de la ciudad donde los toxicómanos parecen concentrarse. En Cuatro Caminos, un narcopiso situado muy cerca de la recién peatonalizada calle de Alberto Marchesi interactúa con otros dos puntos situados en el barrio de Os Castros y dos en O Castrillón, hasta llegar al antiguo Club Financiero de Salvador Madariaga, formando una especie de triángulo por el que se desplazan continuamente los toxicómanos, con las obvias molestias para los vecinos, que tienen que soportar toda clase de incidentes relacionados con estos elementos marginales. 

La mayoría no pasan de ser simples hurtos, robos al descuido en tiendas y cadenas comerciales. Mientras se desplazan de un lugar a otro, comprueban rutinariamente que todos los coches aparcados estén cerrados y si un conductor se ha olvidado de hacerlo, aprovechan para robar cualquier cosa en la guantera o en el maletero: unas gafas, un jersey, unos anticuados cd’s.... lo que sea. Un objeto de robo bastante común son las bicicletas o los patinetes eléctricos, dado que cada vez abundan más .  

Reyertas constantes 

Pero lo que más preocupa a los vecinos son las constantes peleas que se libran entre los toxicómanos, a menudo por deudas relacionadas por la droga, golpes y gritos que normalmente acaban cuando llega un coche patrulla alertado por los testigos. Todo acaba en nada porque nadie quiere denunciar.
 

Conviene recordar que el único homicidio registrado en A Coruña durante el  año pasado, en noviembre, implicó a toxicómanos que recorría precisamente este triángulo de la droga, .Los dos principales implicados, la víctima y su asesino, había librado una pelea el día anterior en las proximidades de la plaza de Cuatro Caminos y luego había buscado a la víctima en su pensión de la calle Vizcaya, donde solía pernoctar, para recuperar un dinero que le había robado, o que le debía. Para encontrarlo llegó a explorar, después de muerto (con ayuda de dos supuestos cómplices que también fueron detenidos) sus cavidades corporales. Todos tenían antecedentes y eran consumidores habituales, según fuentes policiales.
 

Durante el año pasado, la Policía Nacional ha puesto en marcha un plan especial contra los puntos negros de venta de droga a pequeña escala que salpican la ciudad. Fueron diez en total, y dos de ellos se encuentran dentro de este triángulo, En O Castrillón hay cuatro puntos de droga, según los vecinos, aunque se encuentran bajo constante presión policial. El último punto en el que actuó fue en Leira do Campo, donde irrumpió la Policía el viernes de la semana pasada, deteniendo a una mujer. 

En donde no se hacen redadas en el antiguo inmueble del Club Financiero, donde los toxicómanos suelen reunirse. Los vecinos de las zonas afectadas (se encuentra en el límite con Matogrande y el Barrio de Las Flores). han protestado en varias ocasiones por las molestias que causan. Como en otros casos relacionados con la okupación, piden la demolición o el tapiado del inmueble, incluso aunque sea de oficio, por parte de las autoridades.