Ahora que las obras de San Andrés han comenzado, en un año la calle se convertirá en un bulevar. La alcaldesa, Inés rey, explicó en varios ocasiones que su intención es evocar el aspecto que tenía en el siglo XIX, por eso plantarán moreras de la misma especie que crecían allí entonces. De esa época son también las ruinas del solar que ocupa la esquina de San Andrés con la calle Mantelería.
Desde hace años, el solar se ha convertido en una gigantesca maceta de malas hierbas con muros de piedra decimonónicos pintarrajeados de coloridos grafitis. En realidad, se trata de cuatro parcelas: las dos más cercanas son de 118 y 119 metros cuadrados, y están llena de malas hierbas y basura, acumuladas allí durante décadas.
En segunda línea se encuentran tres parcelas: una ruina de 56 metros cuadrados, que se remonta a 1940, otra de uso industrial, de 42 metros cuadrados, que se remonta a 1952 y la más antigua de todas, una de 84 metros construidos (en realidad, 42 de solar, como los otros tres) que corresponden a una casa muy antigua, de 1858, según los datos del Catastro.
Fuentes municipales señalan que no existe ningún plan para construir en este terreno, a pesar de su localización privilegiada. “Los dueños no han solicitado ningún permiso”, explican. En realidad, hay varios y eso siempre supone un problema añadido, sobre todo en el caso de los herederos, para movilizar una propiedad que se encuentra en una zona delicada, urbanísticamente hablando, puesto que se halla dentro del Pepri (Plan Especial de Protección y Reforma interior) que incluye la Ciudad vieja y Pescadería
El Ayuntamiento lleva algún tiempo intentando movilizar los edificios ruinosos que salpican la Pescadería, afectados por años de abandono y en manos de propietarios a veces difíciles o imposibles de localizar, que se desentienden de estos inmuebles pequeños, de escasa altura, en una zona muy controlada. El año pasado, el concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, anunció un plan de ruinas para combatir este problema La Lei de Rehabilitación de Galicia y que el Ayuntamiento ha empleado de manera pionera para desposeer a los dueños de los inmuebles en estado de abandono.
Se trata de una lista de diez inmuebles, todos ellos seleccionados de las ruinas que salpican el centro de la ciudad. El mes pasado, durante una comparecencia pública, Díaz comentó que el plan marcha, aunque muy lentamente: “Estamos yendo expediente a expediente y hay dos que se ha cambiado la propiedad y se están solicitando licencias para la rehabilitación”.