Al grito de “¡revolución!”, entre el canto de sirenas y piratas, daba comienzo una gala de los premios María Casares, la número 28, en la que la obra ‘Unha inimiga do pobo’ fue el nombre más repetido sobre las tablas del teatro Rosalía de Castro.
Durante el transcurso de la misma, la presidenta de la Asociación de Actores e Actrices de Galicia (AAAG), Arantza Villar, ponía el foco en la unión en el sector, poniendo como ejemplos el quince aniversario del convenio de actores y actrices teatrales o el protocolo “pioneiro” contra los abusos sexuales. Pero también puso el foco, a través de “retratos ben certeiros” como las cifras, en la precariedad del sector de la interpretación: “O 77% da profesión ingresa menos de 12.000 euros ao ano”, apuntaba Villar, al tiempo que cifraba en un 72%, los profesionales del sector “baixo o limiar da pobreza”.
Recordaba, además, que las actrices cobran el 40% menos que los actores. Tuvo también palabras para recordar el conflicto en Gaza: “Hoxe máis que nunca, cultura contra a barbarie”, aseguraba poco antes de rematar su alegato con un “¡feliz Día da Poesía, viva o teatro e viva María Casares!”. También durante el transcurso de la gala puso en pie al teatro María Barcala, con un emotivo discurso tras recibir el premio de honor Marisa Soto. “Premiar a María Barcala é premiar unha forma de ser e estar no teatro”, recordó sobre ella la junta directiva de la AAAG.
‘Unha inimiga do pobo’, de Talía Teatro, fue el nombre más repetido en la gala de los María Casares. Y es que la obra ganó siete galardones, como el que recibió Dani Trillo, como mejor espacio escénico; el de Laura Iturralde, como mejor iluminación; el de mejor adaptación y traducción, a Vanesa Sotelo y Tito Asorey; a Toño Casais, como mejor actor secundario; el de mejor espectáculo; y el de mejor dirección, que recayó en Tito Asorey (compartido con Quico Cadaval, por ‘O auto do Castromil’).
Fue un momento divertido, precisamente el de la entrega del premio a la mejor dirección, ya que el galardón se repartió entre dos obras, generando una ligera confusión que solventó Quico Cadaval tirando de retranca. Y no fue el único premio de ‘O auto do Castromil’, ya que Carlos Alonso se llevó el de mejor vestuario. También dos galardones se llevó ‘Deadpan Karaoke’: Baía Fernández, a mejor maquillaje; y Mónica de Nut, a mejor espacio sonoro.
‘Códide K’ obtuvo el premio a mejor texto original, de Manuel Cortés. También uno logró ‘Entrega en man’, con el de mejor actriz secundaria de María Rojas. El de mejor actor protagonista recayó en Toni Salgado, por su papel en la representación de ‘Shakespeare en Roma’. Gonçalo Guerreiro y María Torres consiguieron el de mejor dirección de movimiento, por ‘Hotel de primeira sobre o río’. El mejor espectáculo infantil fue el de Caramuxo Teatro: ‘Crisálida’. Por último, el de mejor espectáculo de marionetas fue a parar a Pérez&Fernández, por ‘Nanai da China’.