Una pareja de la Policía Local de A Coruña se encontraba en la avenida de Oza, a la altura del número 12, escucharon gritos de "¡Al ladrón! ¡Al ladrón!". Al mismo tiempo, salían de un portal dos hombres enfundados en buzos. Al ver a los agentes, tiraron la caja de herramientas y echaron a correr, pero no llegaron muy lejos: los agentes les dieron alcance pocos después. Resultaron ser dos ladrones de pisos.
Los sospechosos, de nacionalidad búlgara, habían llamado a la puerta de una vecina y, al no recibir respuesta, decidieron usar una pata de cabra para abrirla, creyendo que el domicilio estaba vacío. Pero no era así: la residente se encontraba duchándose en esos momentos, y por eso no había podido abrir la puerta. Cuando los cacos estaban tratando de entrar, ella abrió y se dieron de bruces con la mujer de cerca de 60 años, que comenzó a chillar.
Cuando llegaron a la calle, tuvieron su segundo golpe de mala suerte: se encontraron con los agentes municipales que corrieron detrás de ellos. A la persecución se unió un Policía Nacional fuera de servicio y varios testigos más, que les dieron alcance en la calle de Perpetuo Socorro, justo en la sede de la DGT.
Tras arrestarlos, los llevaron a comisaría. Las autoridades sospechan de que los búlgaros pueden ser responsables de otros robos, y que quizá formen parte de una banda del Este, que normalmente actúan de forma itinerante. Sin embargo, por lo menos uno de ellos es vecino de la ciudad.