Comienza a convertirse en costumbre que la recta final del mes de mayo aparezca un molesto problema para los vecinos de Os Castros, especialmente en la avenida de Oza, cada vez más habituados a bracear para sacarse de encima los insectos que vuelven a acompañar su día a día. Particularmente nocivo se vuelve para el trabajo de hosteleros y comerciantes, que han transmitido sus quejas a la asociación vecinal.
Paulo Sexto, máximo representante de los residentes, ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento por el mismo motivo que hace exactamente un año, y que en esta ocasión se ceba con una pastelería y las galerías comerciales, según testimonios de sus asociados. “En la pastelería nos decían que no se podían ni entrar”, explica. “Se trata de un problema con las moscas, debido a que los árboles se llenan de ellas y llegan hasta los comercios”, añade.
Solución
En 2022 el problema de los insectos, que en unos casos clasificaron como moscas y en otros como larvas, se solucionó directamente con el paso de los días y con el ciclo natural de la vida. “Realmente no sabemos cómo se actuó, porque de repente se dejaron de recibir quejas y dimos el problema por solucionado”, confiesa Sexto, que espera unos plazos semejante para esta ocasión. Además, también relacionado con las zonas verdes, cree que es un buen momento para reivindicar una poda más constante y que la misma también podría incidir en la dimensión del problema con los pequeños visitantes voladores no deseados
Fuentes municipales achacan el contratiempo a una normalidad estacional que no afecta al día a día de los vecinos y creen que igual que han llegado las moscas se marcharán. “Hace veinte años que se soluciona solo”, apuntan.
Malos olores
El número 41 de la avenida de Oza ha sido objeto, por otra parte, de innumerables actuaciones policiales y problemas derivados de la okupación del edificio. Sin embargo, los vecinos creen que el hedor que desprende, y que se ha hecho especialmente desagradable para los edificios colindantes, poco tiene que ver con eso.
Según Sexto, la culpa es de la “falta de mantenimiento” de la propiedad y la asociación ya ha remitido un escrito al Ayuntamiento solicitando medidas.