“El que quiera marcha, que se vaya al puerto o fuera de la ciudad”. Así justifica José Luis Méndez, presidente de los vecinos del Orzán, la propuesta que su asociación y otras seis de toda Galicia han puesto sobre la mesa de la Xunta: no solamente no abrir la mano en lo que a licencias de apertura se refiere, sino cortar por lo sano y quitar dos horas de actividad a pubs, discotecas y todo lo que va de la mano del concepto de ocio nocturno. 

Representantes de las agrupaciones de residentes que en A Coruña, Vigo, Santiago, Lugo, Ourense y Ferrol conviven con la marcha de cada ciudad se reunieron en Santiago de Compostela con Santiago Villanueva, director xeral de Emerxencias e Interior, para reclamar cambios en la regulación del  ocio nocturno. “Las asociaciones vecinales solicitan una reducción de horarios de la actividad de los locales de ocio nocturno en las zonas acústicamente saturadas de las ciudades”, reza el comunicado conjunto emitido tras la charla. “Esta falta de respeto hacia las necesidades de descanso ha permanecido oculto e infravalorado durante mucho tiempo”, prosigue. 

Cambio de ventanilla 

Acostumbrados a trasladar sus quejas al Gobierno municipal, el salto a la Xunta de Galicia constituye en sí la principal novedad en la movilización vecinal. Según el representante herculino, la decisión tiene que ver con un supuesto trato de favor por parte de los ayuntamientos hacia los establecimientos de ocio. “Los ayuntamientos están muy compinchados con el ocio nocturno y es difícil hacer cumplir la normativa de esa forma, por lo que decidimos probar si la Xunta desarrolla una legislación”, subraya. 
Méndez advierte que la motivación no tiene que ver con intereses o colores políticos y pone de ejemplo lo que considera una situación en lo que A Coruña, a su parecer, queda en evidencia: “Pontevedra no permite lo que A Coruña o Ferrol a las 03.00 o 04.00 horas, y eso que un partido como el BNG se supone más liberal o enfocado a la juventud; en Santiago tampoco te dejan quedarte en la puerta de un pub, agruparte o beber por la calle”.

Por otra parte, las asociaciones vecinales de las seis ciudades reunidas apuntan a un problema de despoblación en las que califican de “zonas acústicamente saturadas”: “Los problemas de ruido asociados al ocio nocturno afectan especialmente a ciertas zonas, que suelen ser históricas y las más céntricas, con alta densidad de establecimientos especializados que generan un ruido en la calle que supera todos los límites legales establecidos”. En ese sentido, el presidente de los vecinos cree que el Orzán es un ejemplo de barrio “despoblado y maltratado” y pide que la Administración, en este caso autonómica, pueda ayudar a la recuperación mediante la reducción de dos horas, a las 02.30, de los horarios de cierre. l