El estado de la capilla de Oza es uno de los asuntos en los que la asociación de vecinos de la zona trabaja en los últimos meses con más intensidad. Se trata de una edificación con un notable valor histórico, teniendo en cuenta que data del siglo XII, pero en la actualidad no tiene un uso definido. “Queremos que se destine a usos sociales para que pueda ser útil a los vecinos del barrio. Además, eso le daría una nueva vida, porque ahora mismo cada vez se deteriora más”, explica el presidente de la asociación vecinal, Paulo Sexto.
Sin embargo, la situación de la capilla no es sencilla. Lo cierto es que se ubica en el recinto del Hospital Marítimo de Oza, y en todo ese espacio, las funciones y servicios están cedidas el Sergas, pero solo para uso sanitario. Para que la capilla pueda dedicarse a los fines sociales que reclaman los vecinos, la solución adecuada, según ya trasmitió el Sergas a los vecinos, sería la segregación de la parcela donde está ubicada la capilla y su retrocesión a la Tesorería General de la Seguridad Social. Así, ya podría ser utilizada con fines distintos a los sanitarios, que es el obstáculo actual. Además, también está sobre la mesa la idea de que la capilla tenga un acceso directo, y que quede perfectamente separada del hospital para no interferir en su actividad. Sin embargo, por ahora no se producen avances para que estos cambios se concreten.
“Queremos saber a resposta da Tesorería General de la Seguridad Social á demanda de retrocesión da Capela de Oza e os pasos se levaron para conseguir pode autorizar o cambio de uso de sanitario a social e cultural”, reclaman los vecinos en un comunicado reciente. “El objetivo es acelerar el proceso y que se solucione lo antes posible”, confirma Sexto.