La Policía Nacional acudió en la mañana de ayer al número 120 de la ronda de Nelle, correspondiente a un edificio okupa donde hace tan solo una semana se produjo la caída de cristales del quinto piso. Tres patrullas se personaron en el lugar sobre las 10.00 horas, un hecho que produjo la expectación de vecinos y comerciantes de la zona, que relatan que los agentes se llevaron a dos personas. La Policía Nacional indica que todavía no se pueden aportar detalles sobre los arrestos, ya que se mantiene abierta una investigación. Un vecino próximo al inmueble asegura que un tercer individuo fue retenido junto al portal y finalmente acabó marchándose a bordo de uno de los coches del cuerpo de seguridad.
Residentes y comerciantes de la vía llevan años denunciando la situación. El pasado 4 de agosto se produjo el último incidente que avivó la preocupación, y es que la ventana del quinto piso cayó a la calzada, llenándola de cristales. No es la primera vez que un ventanal se precipita a la calle, ya que estos están sueltos y corren el riesgo de desprenderse con facilidad, un riesgo que muchos vecinos de esta vía están hartos de correr.
Mientras algunos residentes señalan que los okupas no son conflictivos, otros destacan, sobre todo, el problema de convivencia que genera la entrada y salida de chatarra en el portal y la acumulación de basura. “De día no hay ningún tipo de problema, pero por la noche ya es otra cosa. Han tenido problemas con un bar cercano y hubo incluso amenazas”, dice un comerciante de la ronda de Nelle. Hace diez años, afirma otro propietario de un negocio próximo, “los vecinos comenzaron a irse con la llegada de los primeros okupas, pero hace dos años encontraron el filón porque el edificio se quedó vacío”. Al mismo tiempo, dice que en varias ocasiones ha llegado gente preguntando por su móvil robado a su tienda ya que “la ubicación les dice que está aquí, pero la realidad es que estará en el edificio okupado”. El número 120 fue noticia también en el pasado mes de mayo, cuando se llevó a cabo la limpieza de la basura del patio interior, acumulada durante años.
Esta situación había empeorado en 2021, cuando se cortó el agua en el inmueble. En ese momento los okupas empezaron a arrojar bolsas con heces por la ventana, llegando a suponer una cantidad que se contaba por toneladas. Además de basura, estos arrojaban muebles y neumáticos por la ventana, causando incomodidad a los vecinos de los inmuebles contiguos, que lo habían denunciado en repetidas ocasiones. En total, el inmueble y todos estos problemas que perturban a los residentes de la zona provocaron más de un centenar de quejas presentadas en el Ayuntamiento de A Coruña.
En el mismo mes, la Concejalía de Medio Ambiente había decidido tomar cartas en el asunto y consiguió que los okupas que se encuentran en el primer piso firmaran un permiso para que ellos pudieran entrar y limpiar con sus propios medios la basura acumulada. Por otra parte, en marzo de este año un joven de 24 años que vive como okupa en este conflictivo edificio fue detenido por agredir a su pareja, de dieciocho años, tras enzarzarse en una pelea.