En lo que se refiere a la vigilancia, la opinión unánime es que el futuro de la vigilancia es la telemática, sobre todo en lo que se refiere al tráfico. En los últimos quince años, el número de cámaras que controlan la circulación no ha dejado de crecer y actualmente ya casi  rebaja el centenar de puntos de vigilancia. La implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) este año dará un nuevo impulso en esta tendencia, aumentando en un 20% el número de ojos electrónicos que espían los movimientos de los transeúntes.

Actualmente, existen 67 cámaras de tráfico y 25 cámaras que sancionan la doble fila (Vía Prioritaria Vigilada). A esto hay que sumar los dos dispositivos que controlan el acceso a la avenida de Montoto, en La Marina o, según el acrónimo oficial, Zona Peatonal Restringida (ZER). Estas últimas son las más odiadas por los conductores porque desde su instalación, en 2017, se ha convertido en la principal fuente de multas de la Policía Local, con una media de más de 30 al día. 
 

El concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Movilidad, Francisco Díaz Gallego, anunció esta semana que el Ayuntamiento pretende recuperar las viejas cámaras del proyecto Smart City, que se llevó a cabo en 2015. Se trataba fondos europeos que se habían conseguido durante el Gobierno de Carlos Negreira, y en cierto modo, puede considerarse un avance del ZBE. El objetivo era movilidad, impidiendo el paso de vehículos en zonas peatonales y la doble fila (VPV) en las arterias más importantes, pero el mandato de Negreira concluyó antes de que se activaran. Tomó el relevo la Marea Atlántica, que puso en marcha las cámaras, pero sin ninguna función, únicamente para evitar tener que devolver los fondos europeos.
 

Multas     

En abril de 2017, durante el mandato de Xulio Ferreiro, se instalaron las cámaras de La Marina. Hubo que esperar hasta este mandato para que las cámaras de Smart City comenzaran a cumplir su función: tras un periodo de varias semanas en los que se consiguieron hacer los ajustes necesarios, las cámaras comenzaron a sancionar en noviembre de 2018 y rápidamente las multas se dispararon.  
 

Ahora toca activar las que vigilan las vías peatonales, como la calle Estrella. “Se mirará como están esas cámaras, porque nunca funcionaron, pese a que se anunciou a bombo e platillo que estaban colocadas”, explicó Gallego. El objetivo es, aprovechando los contratos nuevos del ZBE, en integrarlo todo en una única red. El objetivo es garantizar la vigilancia de las zonas peatonales de la ciudad.  
 

Hay que tener en cuenta que se han instalado alguna cámara nueva precisamente en la calle Compostela, en el cruce de la calle Picavia. Pero todavía quedan por instalar todas las que deben asegurar el acceso restringido a la Ciudad Vieja. Contando todas,  las últimas de Smart City en entrar en servicio y las nuevas para las que ya se han aprobado los contratos, la cifra superará los 120 puntos de vigilancia.
Por si fuera poco, dentro del ZBE también se incluyen radares, aunque desde el Gobierno local aseguran que solo tendrán carácter “pedagógico”. Es decir, que advertirán pero no sancionará a los conductores que circulan por puntos como colegios.