Durante la mañana se produjo un incidente en la sede de Abanca en rúa Nova: los empleados detectaron que unos clientes se comportaban de manera extraña, y resultaron ser ladrones que trataban de robar al descuido.
Al parecer, la banda de cuatro componentes actuó de la siguiente manera: mientras unos intentaban despistar a los empleados alegando que el cajero automático de la entrada no funcionaba, otros husmeaban por los mostradores en busca de dinero en metálico u otro objeto de valor.
Todo ocurrió en unos segundos, y se marcharon rápidamente, pero su forma de comportarse escamó a los empleados, que revisaron las grabaciones. Fue así como se dieron cuenta de la intentona.