Como cada año por estas fechas, Los Cantones acogen las carpas de la Semana de la Movilidad, donde se exponen al público las políticas municipales para promocionar una circulación más sostenible. Es decir, a pie, en bicicleta o en transporte público. Una de las iniciativas municipales más populares es BiciCoruña, en la que el Ayuntamiento ha invertido solo este año 1,86 millones de euros. Sin embargo, solo una parte de los conversos al manillar habían sido antes conductores habituales. Un 16%, concretamente.
La cifra procede del Laboratorio de Mobilidade Sostible de la Universidad, donde llevaron a cabo una encuesta informal. Su codirectora, Margarita Novales, destacó la importancia de sensibilizar a la población, en concreto la que usa la bicicleta, en cómo emplearla de manera segura, dado que algunos son noveles: “Hicimos una encuesta informal a pie de estación y una parte confirma que han dejado de utilizar el coche. Luego hay otra parte que antes, en otros momentos, realizaba el viaje caminando o en bus”.
Aunque no sea la parte mayoritaria, sí es la que más importa, porque es la que permite desatascar las vías de circulación. Pero la mayor parte de los ciclistas era antes antes peatones. Un 42%, mientras que el porcentaje restante, 38%, proceden de viajeros de autobús que se han subido al sillín. Esto quiere decir que, en su mayor parte, BiciCoruña ha crecido gracias a los otros medios de transporte ‘blandos’ como los denominan los técnicos. Según otros datos aportados por el Ayuntamiento, equivale a eliminar 3.500 desplazamientos al año. “No es un valor tremendamente importante pero tiene su interés”, dice la experta, porque eso significa que se reduce la congestión y, por tanto, la contaminación.
De ahí que para los expertos en movilidad el parámetro más importante para determinar la mejoría es lo que denominan ‘reparto modal’: qué porcentaje de los desplazamientos cotidianos se hacen en cada uno de los modos (coche, bicicleta, caminando o transporte público). “Necesitamos hacerlo no solo en la ciudad de A Coruña, sino también en el área metropolitana”, advirtió.
Ese es el desafío más importante que afronta la movilidad herculina, puesto que necesita que los municipios del entorno se coordinen entre sí para reducir el flujo de vehículos que entran y salen de la ciudad entre Oleiros o Arteixo, por ejemplo.
“Necesitamos mejorar el uso de los otros modos hacia el área metropolitana”, exhorta Novales. Según los datos del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que se remonta a hace más de diez años, casi el 50% de los desplazamientos dentro del casco urbano de A Coruña se realizan a pie. El 35% “en números redondos” sería en transporte público. El Ayuntamiento ha anunciado que contratará la redacción de otro PMUS, lo que permitirá comprobar si los hábitos de los coruñeses han cambiado.
Pero ni la movilidad a pie ni la bicicleta resultan prácticas para desplazarse entre municipios. “El acceso en transporte urbano desde el área metropolitana es de menos del 10%, y el resto es coche, porque la caminata es inexistente”, comenta la experta, que tampoco cree que las obras de humanización de Alfonso Molina, que incluirán aceras y carril bici, vayan a modificar de forma significativa la situación.
“Desde la ría de O Burgo hasta el Obelisco es una hora a pie. Hasta entre cinco y siete kilómetros puede ser competitiva la bicicleta pero más allá, lo que se usa es el transporte motorizado. Y lo que necesitamos es que se utilice más el autobús”, insiste. Por supuesto, existen otras opciones, como el tren de cercanías. “Tenemos que ofrecer un buen servicio de transporte público, da igual cuál sea. Tenemos que analizar cómo cubrir todos los destinos”, remata Novales.