Pocos lugares de A Coruña han vivido unas obras tan problemáticas y complejas como la de la zona de las Casas de Franco. A una intensa negociación, tras un proyecto de reforma presentado por el Ayuntamiento que los vecinos rechazaban de pleno -como así mostraron en la calle con protestas día tras día-, se sumó después una modificación del plan y, a continuación, una paralización de los trabajos.

Así lo fueron denunciando durante el principio de este 2025 los residentes en las Casas de Franco, que desde sus viviendas veían como las vallas, las señales y las herramientas permanecían paradas. Sin embargo, esta situación ha cambiado. Este mes de marzo ha marcado el inicio de la reanudación de la rehumanización del entorno y los vecinos ya celebran la marcha de las obras.

Entre los trabajos que se están llevando a cabo, y que más satisfacción ha producido entre los residentes en las Casas de Franco, es el derribo del muro de hormigón que fue el más duro caballo de batalla con el Ayuntamiento.

Y es que todas y cada una de las demandas que les llevaron a salir a la calle, alzar la voz y el altavoz y realizar varias performances finalmente tuvieron su resultado: la reducción del muro inicial a cota cero, la instalación de contenedores para cada portal, el acceso optimizado para vehículos de emergencias e incluso un área reservada para la farmacia. El único conato de discrepancia pasaba por la longitud y el ancho de las zonas de carga y descarga, así como las medidas de acceso a los portales. Pero finalmente los vecinos decidieron no estirar más la polémica y dar su aprobación al Ayuntamiento, poniendo fin a mucho tiempo de tiranteces desde que la obra se adjudicase en julio de 2023 y con un plazo para realizarse de cinco meses.