De aquellos bolos este Lodo, sin saber decirle que no a que el paso del tiempo convierta a Xoel López en el abanderado musical de A Coruña. El hijo pródigo del pop herculino hizo de su quinta descarga en la playa de Riazor un bautismo de grandeza casi a los 50, a orillas del arenal desde el que ha proyectado buena parte de su lírica, no siempre comprendida tal y como había comprobado en su incomprendido concepto Atlántico en 2012.
Con un look a medio camino entre James Brown y Paul Weller, pasadas las 22.45 y con ‘Here comes the sun’ de The Beatles como presentación Xoel salió a la arena. Escondido tras unas gafas de sol que le confieren un aire Ringo Starr, el del Cantón Pequeño (en su día residente en Monte Alto) es en realidad nuestro Gallagher particular, pero en riquiño: pocos músicos hacen tan suyo el trinomio pop star/ciudad/equipo de fútbol. De hecho, los primeros acordes de ‘Faneca Brava’ sonaron con el Depor aún completando su goleada al Unionistas.
No es que el recorrido por el setlist, casi exclusivamente un repaso de ‘Paramales’ y ‘Caldo Espírito’ sea especialmente festivalero, sino que a este Xoel nos lo han cambiado. El chico tímido de Deluxe ahora invita a bailar, bromea y se ha convertido en un frontman capaz de meterse a decenas de miles de personas en el bolsillo de su ropa mod. Pero todo sin olvidar emocionarse, como evidenció en varios saludos a la zona de conocidos bajo el Playa Club.
Viajó en un vodevil e hizo al público en un merengue koruño al ritmo de ‘Mágica y eterna’. Fue la antesala a la primera cuenta que tocaba saldar, aquella con su yo incomprendido de 2012, cuando le acusaron de sonar a Juan Luis Guerra. Y a alguien que vivió en Monte Alto eso no se le dice. “Nos encanta Juan Luis Guerra y la música dominicana”, espetó antes de regalar un maravilloso ‘Ojalá que llueva café’.
No tardó demasiado, pasado el ecuador de la cita, en cobrarse su segunda victoria. Frente al Playa Club, donde los indies bailaban hasta el amanecer a comienzo de siglo, recuperó de la mano de Juan de Dios, un ‘Que no’ convertido en himno casi un cuarto de siglo después. Nuestro ‘Wonderwall’, el ‘Dont look back in anger’ de la generación que ansió un mito brit pop.
Ya con Riazor entregado, recordaba sus días de instituto en el Eusebio da Guarda y cómo de repente aquellos sueños mirando al mar nació ‘Tierra’.
Los intensos 45 primeros minutos de Xoel contra la historia los iba ganando por goleada el equipo de casa, pero cuando en la recta final del partido encaró ‘Lodo’, esa oda a la superación, la playa no se vino abajo del porque no se puede hundir. Jamás un coro con acento coruñés, con permiso del deportivismo, ha sonado tan incontestable. “Mucho más alto” llegó a pedirle a los transversales testigos de un bautismo de posteridad. Duró setenta minutos, pero perdurará mucho más. 45.000 personas no pueden estar equivocadas.