El primer centro de ocio de experiencias inmersivas de realidad virtual de Galicia abre sus puertas este viernes 27 de septiembre. Ubicado en Hi Coruña, con su propio acceso, Zero Latency, ofrece la posibilidad de disfrutar de los videojuegos a otro nivel, en una experiencia en la que a los zombies solo les falta morder para que la sensación de realidad sea completa. De este tipo solo hay 140 salas en todo el mundo y ahora hay una también en A Coruña.
Los responsables de esta iniciativa son Nunegal Consulting, una empresa coruñesa que ofrece, además de la zona de juegos, un espacio denominado Newton Lab Space, del que se muestra un ejemplo justo en la puerta de entrada. En este caso, es un acuario virtual, pero puede ser cualquier otra escena: piezas de un museo, prendas para una empresa textil, trofeos para un club de fútbol... Actualmente, Nunegal tiene escaparates de este estilo en Suiza y en Italia.
El punto de mayor interés de Zero Latency es, sin duda, la zona de juegos. El usuario puede anotarse directamente en el local pero recomiendan que hacer la inscripción previamente a través de internet para asegurarse de que tiene plaza. "Tenemos agotadas varias reservas para este fin de semana", explica Juan Sanjuan, CEO de Nunegal.
La sala ofrece la opción de participar en un número que va desde dos hasta ocho personas con videojuegos como Space Marine, Outbreak, Far Cry, Undead Arena, Sol Raiders, Engineerium o Singularity.
Realizada la reserva y elegido el juego, una vez ya en el centro, el usuario se registra para adaptar la experiencia al máximo: influye su altura, si es zurdo... todos los detalles se tienen en cuenta para mejorar las sensaciones.
En la puerta, quienes lo deseen, tienen a su disposición una zona de 'Meet and Greet', en una especie de photocall virtual en donde se pueden hacer fotos con su personaje favorito del videojuego.
Para disfrutar del videojuego de la mejor forma posible, es necesario afrontar unos minutos de entrenamiento previo, para acostumbrarse y recibir instrucciones de cómo funciona. Y, una vez que el jugador se coloca el casco y pasa de la zona de prueba a la sala, en un proceso que suele durar unos quince minutos, comienza el juego.
En ese momento, el usuario pasa a ser un avatar y tiene media hora para disfrutar de la experiencia que, en palabras de Sanjuan, es muy intensa.