De la Zona 30 a la Zona 20: el calmado del tráfico avanza en A Coruña

Las calles de plataforma única como la nueva San Andrés restringen cada vez más la velocidad
De la Zona 30 a la Zona 20: el calmado del tráfico avanza en A Coruña
Un patinete circula por la avenida de La Marina | Patricia G. Fraga

La aparición de señales de Zona 20 en la recién reformada calle San Andrés ha sorprendido a algunos coruñeses, que la consideran una novedad. Sin embargo, no es así: en los últimos años, sobre todo desde el estallido de la pandemia, el urbanismo de la ciudad está cambiando y cada vez hay mas vías por las que el tráfico rodado debe circular con un límite de 20 kilómetros hora, aunque muchos conductores lo ignoren: Ramón Cabanillas, Emilia Pardo Bazán o calle San José son algunas de ellas. 


En su esfuerzo por dar prioridad al peatón, el Ayuntamiento humaniza las calles donde el tráfico no permite convertirlas en peatonales: esto quiere decir que se ensanchan las aceras a costa de los espacios de aparcamiento, que se reducen o directamente se eliminan, y la acera se sitúa al mismo nivel que la calzada para garantizar la accesibilidad, de manera que los peatones con movilidad reducida, como los mayores, no tropiecen con los bordillos, y las personas que se desplacen en sillas de ruedas no se encuentren con obstáculos. 


Por todas partes están surgiendo estas Zonas 20, aunque la mayor parte resultan inadvertidas: calles pequeñas como San Leopoldo en Agra do Orzán, o Pintor Joaquín Vaamonde en El Ensanche. Hace ya unos años que se implantó la Zona 30 a nivel nacional para todas las vías urbanas de un solo carril por sentido, una iniciativa en la que A Coruña fue pionera. Fue a principios de 2020 cuando la Mesa de Movilidad municipal adoptó esta medida. Ya entonces se alegaba que, además de reducir la contaminación, frenaría la siniestralidad. En mayo de 2021, entró en vigor la normativa para toda España. En el caso de San Andrés, se han instalado carteles que indican que el límite de velocidad es 20. El Ayuntamiento no había anunciado por adelantado este cambio, así que a muchos les ha cogido por sorpresa, pero fuentes de la Policía Local señalan que no es necesario hacerlo. “Está en el código de circulación: en todas las calles en las que peatones y coches se encuentran al mismo nivel, el límite es 20”.


Sin embargo, la Concejalía de Movilidad ha decidido que en el caso de San Andrés convenía reforzarla con una señalización. Y la razón es que esta calle con mayor Intensidad Media Diaria (IMD) que se haya humanizado en A Coruña. Miles de vehículos transitan a diario. Eran 9.121 en 2019 y la pandemia solo los redujo hasta los 6.605, según datos municipales. Ninguna otra vía humanizada hasta la fecha soporta tanto tráfico.


Coexistencia

“Está todo medido para que quepa todo el tráfico –comentaba la alcaldesa en un programa radiofónico reciente– y creo que todos han ganado. Lo iremos notando a medida que pase el tiempo, porque cuando humanizamos una calle, al principio son todo quejas y luego todo es satisfacción”. Inés Rey señala que existe “trafico de coexistencia”. Es decir, que los autobuses, los coches y las bicicletas comparten el mismo espacio: “Cuando entras desde la plaza de Pontevedra, el cambio de pavimento psicológicamente es como que te da una sensación de que hay que levantar el pie del acelerador”. Rey negó que esto suponga un problema para la circulación porque “la calle la recorres rápido; vas a 20, o a 22, y no hay ningún problema”. 


Claro que, en una vía de limite 20, circular a 40 ya se considera una infracción grave y basta con transitar a 28 kilómetros por hora para ganarse una multa por exceso de velocidad. Pero estas multas son muy escasas. La Marina, que se humanizó hace casi diez años, es uno de los puntos donde más se sanciona, pero eso es debido a que el tráfico está restringido a vecinos y transporte público. A día de hoy, las cámaras de tráfico siguen sancionando varias docenas al día. 


Sin los bordillos ni la protección de los coches estacionados, los peatones a menudo se quejan de la velocidad con la que circulan los vehículos, sobre todo los autobuses públicos. Sin embargo, las fuentes consultadas al respecto niegan que esto sea así y que es precisamente la eliminación de las barreras la que genera esa sensación en los peatones que en San Andrés han intentado evitar instalando áreas ajardinadas. Esta calle es, con sus 685 metros, la más larga con plataforma única que existe en la ciudad, así que es normal que a los conductores se les haga eterna. 

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