Durante más de ochenta años, el PNV reclamó la devolución de un inmueble en la céntrica Rue Marceau de París. Los nacionalistas vascos acaban de registrar a su nombre este edificio –sede de la lehendakaritza en el exilio hasta su incautación por los nazis– tras su cesión por parte del Gobierno de España atendiendo a una investigación de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática que considera acreditada su adquisición con dinero del PNV. Una cuestión controvertida que ha hecho correr ríos de tinta durante toda la semana por lo enrevesado del caso que, salvando las distancias, recuerda al de A Senra de Bergondo.
El 28 de abril de 2007, después de más se setenta años de oscuridad, constancia y trámites, el municipio pudo asistir a la ‘reinauguración’ de A Senra. Un acto emocionante con el que, para el entonces alcalde, el socialista José Fernández Ramos, se consumaba la Transición en Bergondo. La culminación del ‘sueño americano’ de unos emigrantes que, desde Nueva York, impulsaron la construcción del centro en los ‘Locos 20’, con 50 dólares cada uno de los socio, el salario de un mes en vísperas del ‘Crack del 29’; se esforzaron por recuperarlo desde 1969 hasta 2000, y siguen amparando en 2025.
Entre el 1 de enero de 1924, cuando se crea la entidad en el 94 de James Street, y el 12 de julio de 1936, cuando se inauguran las instalaciones, la Sociedad de Instrucción y Recreo de Bergondo y sus Contornos destina casi todos sus recursos a la compra de los terrenos y a la construcción del inmueble –contempla un centro cultural y una casa escuela– en A Senra. Al coste del solar, adquirido por 15.000 pesetas, se sumarán las 70.000 de las obras del edificio, abierto una semana antes del inicio de la Guerra Civil. El sueño se trunca con su incautación un año y dos días más tarde, el 14 de julio de 1937. “Nunca se notificaron las causas”, aseguran los descendientes de los emigrantes desde los EEUU.
A Senra, a la que cambian la estética, se convierte en sede de un cuartel de los sublevados y estación alemana de radio para espiar a la Pirenaica del PC. Después de la contienda se destinará a albergue del SEU (Sindicato Español Universitario) pero acabará abandonado y ruinoso en los 70.
En 1969, a instancias de Isidro Carregal, de la Sociedad de Bergondo y sus Contornos de Nueva York, una representación del colectivo emigrante encabezada por Antonio Casal y acompañada por un notario se dirigen reivindican la titularidad de los terrenos y el inmueble ante la Delegación del Gobierno en A Coruña. La respuesta no puede ser más decepcionante: “Ese Centro de Instrucción y Recreo carece de personalidad jurídica para reclamar la devolución de la finca (A Senra)”. El shock inicial evoluciona en indignación y el 8 de agosto de 1970, Benito Santos, abanderado de la recuperación e Hijo Predilecto de Bergondo desde 2007, escribe una carta a los medios de comunicación españoles desde NY.
En un tono reivindicativo, incluso desgarrador en algunas expresiones, “agraviado, herido y desilusionado”, se queja de la respuesta de Francisco Franco a las demandas de la Sociedad de Instrucción y Recreo de Bergondo y su Contornos. Entonces, comienzan una cruzada sin descanso en la que acuden a Juan Carlos de Borbón y a Manuel Fraga, entonces embajador en Londres, que los recibe en su chalé de Perbes. Nadie ofrece soluciones hasta que en 1987 el Defensor del Pueblo les sugiere que soliciten una cesión para usos sociales al Ayuntamiento de Bergondo. Una solución que tramitan en 1999, de la mano del alcalde socialista José Fernández Ramos. La cesión se hace oficial en 2000.
“Llegamos a sentir que peleábamos contra molinos de viento”, comentó a este diario José Fraga, de Bergondo y sus Contornos en Nueva York.
La actual alcaldesa, Alejandra Pérez Máquez, evoca la expresión de su antecesor, José Fernández Ramos, e insiste en que la recuperación de A Senra “se dignifica la memoria de aquellos que tuvieron un sueño y de los que después continuaron con él, porque sus descendientes siguieron la misma línea de dedicación a Bergondo”. La mandataria, que hace solo unos meses inauguró unas instalaciones deportivas y de ocio en los mismos terrenos de A Senra, recuerda que “este mismo verano, el nieto de Benito Santos, con su familia, visitó la finca emocionado porque siguen con ese recuerdo”, indica la regidora, convencida de que “ahora nos toca a nosotros continuar, transmitir a los niños y niñas de Bergondo cuál es su historia, porque esa historia merece ser recordada”, sentenció Pérez.