El rey emérito vuelve a Sanxenxo y Galicia vuelve a aparecer en todo tipo de informativos y programas de televisión con la etiqueta de destino turístico de primer nivel. Más allá de las actividades náuticas o lúdicas de don Juan Carlos, la cuestión de fondo que nos afecta es que la costa gallega luzca en todo su esplendor y atraiga miradas (y bolsillos) de turistas en busca de un lugar en el que disfrutar de sus vacaciones veraniegas. Dicen que no hay publicidad mala. Y a veces, hay publicidad buena que llega sin buscarla. Que el nombre de la comunidad se pronuncie como sinónimo de paraíso todavía por descubrir gracias a la visita del monarca nos vale como campaña. Y ojalá funcione.