La frase de moda en la noche de A Coruña: "¿Me puedes dar un sorbo de la copa?”

Aunque es motivo de expulsión, cada vez más clientes abusan de la confianza de quienes sí pasan por caja
La frase de moda en la noche de A Coruña: "¿Me puedes dar un sorbo de la copa?”
Las copas abandonadas en la barra también suelen correr peligro | Joaquín Abad

Dicen que la crisis agudiza el ingenio, pero la línea y la frontera con la cara dura es tremendamente fina, sobre todo a medida que pasan las horas en el ocio nocturno. Y es que según han detectado muchos clientes, y penalizado en la medida de lo posible los hosteleros, cada vez es mayor el número de personas que no es que no consuman, sino que le consumen la paciencia a aquellos que sí lo hacen. El “¿me puedes dar un sorbo de la copa?” ha pasado de un abuso de confianza entre conocidos a una incomodísima conversación entre extraños en el que el aludido se lo piensa antes de decir que no o responder de malos modos. 


Existen, según dicen ‘víctimas’ habituales del asalto, varios tipos de situaciones que derivan en el mismo final. En primer lugar está el conocido que busca una excusa para entablar conversación y acabar por pedir un favor. “Es la situación más incómoda y la que más cuesta decir que no”, comentan un ‘donante’. En segundo, y también un grado más de tensión, el desconocido que ‘ataca’ a cuanto cliente encuentra despistado y solo para pedir un favor, a veces a cambio de unas monedas y otras de no llevarse un susto en forma de reprimenda. 


La tercera, y también más habitual, la de aquellos que aprovechan el descuido de los salen fuera a fumar para apurar los tragos que quedan en la barra. De hecho, es uno de los aspectos en los que parecen haberse entrenado los porteros y que supone un motivo de expulsión, normalmente de forma permanente. 
“Es muy fácil, cuando se lo cuentas a alquien, que te digan que no lo daría o no dejaría el vaso, pero hay que verse en la situación”, explica Ana, una joven que se ha visto envuelta en la situación. 


Del mismo modo que muchos clientes son cautos a la hora de señalar casos, momentos y lugares concretos donde se han encontrado situaciones parecidas, los hosteleros prefieren mantenerse en el anonimato. Se trata de no buscar un efecto llamada, y también de evitar problemas por parte de quienes se sientan señalados. Muchos de ellos tienen la entrada prohibida y suelen indignarse y negarlo todo. “Lo hemos percibido y vemos que es una cuestión que va en aumento. Es preferible dar una copa por perdida que recriminar la pérdida de cantidad”, subraya un empresario de la noche en la zona de La Marina.  “Insistimos en no compartir por cuestiones de salud, pero también de seguridad, porque nos encontramos como métodos de sumisión cada vez más retorcidos”, añade. 


Lo que antes era una cuestión que parecía más propia de locales de última hora, y que en muchas ocasiones resultó la chispa que encendió ‘incendios’, se ve ahora incluso en sitios tranquilos de primera hora de la noche y para un público más veterano, tal y como reconoce un empresario enfocado al público adulto: “Los porteros saben quiénes se dedican a eso y lo peor es que se lo dices, les muestras las cámaras, y se indignan”


Una de las explicaciones que encuentra Dani, nombre ficticio de uno de esos controladores de accesos que tiran de paciencia, puede ser la reticencia a terminar la noche, a pesar de que el bolsillo lo pida a gritos. “Pero también existe el caso de otros todavía peores, que cuando les dices algo se indignan, sacan la tarjeta y pagan una vuelta a todos sus amigos. A veces parece que son ganas de tocar las narices”. O simplemente de poner a prueba el límite de lo absurdo. 

La frase de moda en la noche de A Coruña: "¿Me puedes dar un sorbo de la copa?”

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