Todo apunta a que el rey Juan Carlos I estará desde el martes en Sanxenxo. La turística localidad pontevedresa se ha convertido ya en una referencia náutica internacional y la presencia del monarca ha servido de acelerador de su prestigio. Tanto Sanxenxo como Galicia deberían estar especialmente agradecidos a don Juan Carlos ya que su presencia actúa como imán de atracción de todo tipo de personas. Ya quisieran muchos puertos deportivos de toda Europa contar con un embajador de la categoría y prestigio del padre de Felipe VI. La Xunta de Galicia debería plantearse rendirle algún tipo de tributo al viejo monarca, quien, sin pretenderlo, promociona turísticamente nuestra tierra. El verano gallego comienza a estar de moda.