En lo del Mundial 2030, Vigo ha ido desde el principio a rebufo de A Coruña. Confió todo al dedazo político y le salió mal: a día de hoy, está fuera. Ahora quiere entrar en el selecto club. Lo entendemos. Lo que no se comprende es que para ello se recurra a lanzar bulos sobre la candidatura presuntemente hermana, la de A Coruña. Eso es jugar como lo hacían Patxi Salinas o Vágner, o sea, muy sucio.