Los misterios con los automóviles en el área metropolitana van camino de no ser excepción. Ruedan, valga la expresión, hacia la senda de la normalidad. Si hace escasamente un par de meses un enigmático Fiat permaneció volcado en una leira, de la abegondesa parroquia de Viós, durante casi dos semanas, sin que alguien mostrase el más mínimo interés en su estado; esta semana otro ‘coche fantasma’ es protagonista de un nuevo críptico episodio.
Tal bruma cubre el suceso que, salvo el lugar en el que se produjo, a la altura del número 20 del núcleo de Brea, en pleno centro urbano, los vecinos consultados aseguran desconocer el momento del incidente, los motivos del siniestro y el protagonista (o protagonistas) del lance. Se da la circunstancia de que tampoco los propietarios de la cafetería, que carece de mobiliario en su terraza después de que el vehículo, se supone motorizado y de cuatro ruedas, la destrozase, pueden decir algo al respecto. El negocio permanecía, y permanece, cerrado por motivos de dolencia transitoria, como se detalla en un cartel instalado en el acceso principal.
No obstante, que nadie haya visto nada y nadie haya oído nada, en absoluto supone la ausencia de suposiciones. La que cuenta con más seguidores es la de conductor perseguido por Tráfico, consiguiente salida de vía tras fallido, o no, cambio de dirección y más persecución.
Otra (esta menos adrenalítica), conductor vacilante poco informado sobre su destino, bajo una copiosa lluvia, sufre también salida de vía. Tras la incertidumbre inicial decide que para sus intereses, mayormente materiales, lo mejor es no compartir señas con quién corresponda.