Las obras del mercado, que la empresa adjudicataria confía en terminar el mes que viene, son una de las apuestas del Gobierno de María Barral para revitalizar el casco histórico de Betanzos.
Con esta intención, se optó por una intervención “transformadora” que abrirá las instalaciones a la ciudadanía, extenderá su interior al exterior e introducirá la actividad de la calle en el mercado “partiendo de un concepto de espacio gastronómico multidiscilplinar”, de acuerdo con el diseño de los estudios Irisarri-Piñera y Sabín-Blanco Arquitectos.
Durante la visita de la ministra Isabel Rodríguez para conocer la evolución de las obras, que se realizan con cargo al Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos Local (PIREP) y cuentan con una inversión de 1.482.081 euros, los responsables de las actuaciones adelantaron algunos detalles de una intervención que, respetando el valor arquitectónico del espacio y manteniendo su uso como mercado municipal a la vez que lo compaginará con el hostelero, hará de este inmueble “un referente turístico y dinamizador de empleo en Betanzos”.
Así, los técnicos incidieron en la envergadura de unas obras en las que se rescatará la esencia de la construcción original, e incluso se incluirá alguna referencia al “ambicioso proyecto” de 1928 del coruñés Rafael González Villar, que no se llega a realizar pero cuya documentación sí se conserva en el archivo y “hace imaginar la calidad propia de otros edificios del mismo arquitecto”, una de las figuras que más aportó a la ‘metamorfosis’ modernista de Betanzos.
Entre 1917 y 1940, sus obras transformaron la capital mariñana, desde las Escuelas de Jesús García Naveira hasta la Casa Núñez, pasando por el cine Capitol. Pero, sobre todo, por su influencia en el cambio estético de la García Irmáns, a través del mobiliario, las farolas y el palco de la música, emplazado entre A Porta da Vila y los cantones de Claudino Pita y San Roque. Una serie de elementos que se han convertido en seña de identidad de la ciudad dando nombre al ‘Verde Betanzos’.
El color verde, como el que custodia la entrada al área monumental, también se incorpora al nuevo mercado, a través de la carpintería y la inscripción de la fachada de A Pescadería. Un guiño a la historia del municipio y de la construcción actual, cuyo diseño se encargó en 1941 a Antonio Tenreiro y Peregrín Estellés, que presentaron una propuesta “ambiciosa en cuanto a ocupación de solar” al abarcar varias calles alrededor de O Azougue.
La situación del municipio, en los años posteriores a la Guerra Civil, unido a que nunca se pudo disponer del suelo necesario, obligó a reducir el ámbito de actuacion, que se adaptó “a las parcelas de las que se disponía”, la del antiguo mercado y “la vivienda que cerraba o remataba la rúa Travesa dando a la iglesia de Santa María”.
Las obras, “bendecidas” el 14 de agosto de 1951 por el arzobispo Quiroga Palacios, se dan por acabadas en 1952.
Con estas mejoras se aspira a recuperar los elementos originales identificados, ampliando el mercado e impulsando su relación con la plaza de Fernán Pérez de Andrade ‘O Boó’, para lo que “se rasga hasta el suelo una de las ventanas existentes, (esquina con O Azouge) manteniendo el ancho y modificando su dimensión únicamente en sentido horizontal descendente hasta llega a cota de suelo acabado”, recoge la propuesta de Irisarri-Piñera y Sabín-Blanco Arquitectos.
Esta nueva puerta “se resolverá con las mismas premisas que el resto de carpintería, recuperando la madera y siguiendo los intereses del proyecto primitivo” del Mercado de Betanzos.
Otro de los detalles desvelados durante la visita de la ministra sorprendió a los asistentes, pues de indicó que el altillo sobre los espacios de venta de la primera planta tendrá “vistas a la ría”, al Mandeo y al Mendo.
La idea del Ayuntamiento de Betanzos es aplicar un “nuevo modelo de mercado” que sea referente en la regeneración de este tipo de espacios tradicionales, inclusivo y sostenible, y no se descarta que su explotación sea externa, aunque los vendedores trasladados tendrán prioridad si desean regresar, pero no en las mismas condiciones, sino con la que se establezcan para todos los que se instalen desde 2024.