En 2024 estuvieron en Italia, en A Maimone de Samugheo, una de las celebraciones de máscaras más significativas de Cerdeña. También se desplazaron al FIMI de Portugal y al encuentro que citó en Compostela a todos los carnavales de Galicia. Este año, el Entroido de Samede (Paderne), el único carnaval histórico del área coruñesa, recorrerá algunos kilómetros más, hasta la ciudad de Pernik, en el oeste de Bulgaria, para asistir al Surva, el evento de invierno más importante del continente, una muestra única de casi siete decenios de historia que sumerge a asistentes y visitantes en las antiguas costumbres del este de Europa.
Allí, cerca de la capital, entre los días 24 y 26 de enero, sus representantes mostrarán al mundo la excepcionalidad de una tradición recuperada en el corazón de la comarca de Betanzos y desfilarán con más de 120 comisiones de “mascarados” de todo el país y del extranjero, invitados por la Associação Progestur, organizadora del FIMI (Festival Internacional da Máscara Ibérica).
“Surva non é só un festival, senón que é maxia, xuntando á xente de todas as partes do mundo no corazón da cidade de Pernik”, comentan desde Paderne.
“Alí estaremos dando o mellor de nós e orgullosos de amosar as nosas tradicións e de representar ao noso país”, añaden, convencidos de que vivirán una “experiencia única” que contribuirá a seguir ‘internacionalizando’ una celebración que resiste por el empeño de sus vecinos que, tras años de ‘silencio’, con mucho esfuerzo y meses de investigación, consiguieron rescatarla y volver a sacar a la calle máscaras, vixigueiros y carolos; a interpretar la muiñeira cruzada y encaramar a lo más alto al ‘espantallo’ de Policarpo. Los elementos de una cultura sencillamente alucinante que durante decenios custodiaron la memoria y los arcones de los abuelos de As Mariñas.
El Entroido de Samede, una aldea de San Xulián de Vigo, pudo recuperarse en 2017 tras casi seis decenios “callada” por el éxodo rural y la amenaza de excomunión de un cura “obsesionado” con los excesos de Don Carnal.
En ese año, “novos e vellos” cambiaron el rumbo de la historia para salvar uno de los misterios de As Mariñas. Una serie de rituales que inician semanas antes del carnaval y que cierran el Domingo de Piñata. Con las danzas, la lectura del testamento y el entierro del Policarpo.
Este curioso personaje, que algunos vinculan con un antiguo prestamista de Betanzos, preside las celebraciones colgado en lo alto de un tronco de eucalipto de unos doce metros para anunciar la cita a todo Paderne. Una especie de espantapájaros que primero juzgan y condenan, pero que después lloran y entierran para dar paso a la Cuaresma.