La Feira de Santos volvió a abarrotar Betanzos. Uno de los acontecimientos comerciales del año en la ciudad que, a pesar de sus casi setecientos años, se mantiene como ‘inexcusable’ en la agenda de numerosos vecinos de la comarca, desde Miño hasta Vilsantar, de Aranga a Oza-Cesuras. Con la DANA y las víctimas que causó en la Comunidad Valenciana y en Castilla-La Mancha en casi todas las conversaciones, entre A Porta da Vila y O Rollo, tras atravesar de un extremo a otro la García Irmáns.
Como las de Ano Novo y del Primeiro de Maio, concentra solera y vanguardia en un único espacio, pero en este caso es la castaña la que sea se eleva a lo más alto, tanto de los municipios más cercanos como de El Bierzo o de Lugo.
Ellas, con los crisantemos, son las estrellas de Todos los Santos. En dos semanas, una nueva cita, la del 16, y en menos de cuatro, otra vez, como cada noviembre, ese ‘bendito’ mes, que “empeza por Santos e acaba por santo Andrés”.
Los sistemas de mercado evolucionan pero las costumbres apenas cambian y, aunque no se registran las aglomeraciones ni las ventas de otras épocas, siguen siendo muchos los que, entre celebraciones de Samaín y visitas al cementerio, sin madrugar y animados por el sol, eligieron la García Irmáns para empezar el Día de Todos los Santos. El café o el chocolate de media mañana, el ‘pulpo á feria’ que impresionó a John Berger y la omnipresente tortilla son solo algunos de los atractivos que ofrece Betanzos.
De las tres que se celebran en noviembre, esta es siempre la más concurrida, la de los atascos y las colas en A Magdalena o As Cascas. Todo lo contrario que la última, la del 30, el resultado de adelantar un día la del 1 de diciembre y que siempre causa despistes: “Non me lembrei onte do san Andrés...”. Además de visitada, la de Todos los Santos es una de las convocatorias más inocentes del año, donde los niños marcan la agenda en ausencia de los que, por cansancio o ‘resaca’ tras la noche de Halloween, tardan en acercarse hasta O Campo.
Los que sí están, además desde temprano, son los voluntarios de la Junta de Betanzos de la Asociación Española contra el Cáncer que, como cada 1 de noviembre, celebra su cuestación anual, a la que se une alrededor de un centenar de colaboradores, con mesas tanto en el centro de la ciudad como en el cementerio, especialmente concurrido al ser víspera de Difuntos.
Antes de que se instalasen los vendedores, los vecinos de la calle Rosalía de Castro denunciaron a través de las redes sociales la suciedad acumulada durante la noche en esta vía y las más cercanas cuestionando la tardanza de los servicios enviados por el Ayuntamiento de Betanzos.
Desde la institución replicaron agradeciendo el esfuerzo de los operarios que, antes de mediodía devolvieron la normalidad a la calle de la ‘movida