Betanzos restaura varios elementos del mobiliario diseñado para  O Campo (Irmáns García Naveira) y su entorno por Rafael González Villar (A Coruña, 1887). Uno de los artistas que más aportó a la ‘metamorfosis’ urbana de la ciudad a través de inmuebles y enseres de uso ciudadano instalados en los ‘Locos Años 20’ que, con el tiempo, acabaron acuñando el ‘Verde Betanzos’. El mismo color que, según pudo saber este diario, se aplicará de nuevo a los bancos de madera retirados hace unos días del cantón de San Roque para su restauración integral, a la que se unirá la adecuación de los maceteros de la entrada al casco histórico por A Porta da Vila. Como el de las farolas y las barandillas de la misma calle, así como las del cantón de Claudino Pita.

Entre 1917 y 1940, los diseños de este conocido arquitecto coruñés, cuya carrera abarcó varios estilos, desde el modernismo al racionalismo, transformaron la capital mariñana, con obras como las Escuelas de San Francisco (Escola Infantil Santiago de la Fuente), hasta la Casa Núñez, sin olvidar el antiguo Cine Capitol o la Casa do Pobo de Betanzos, en la calle Travesa, o numerosos elementos de uso vecinal, como el mobiliario o el palco de la música, construido una vez acabado el primer cuarto del siglo XX tras aceptar el encargo del entonces alcalde, Emilio Romay Montoto.

Art decó

Con todo, aunque efectivamente asume la encomienda,  sortea las sugerencias del mandatario y hace una propuesta “muy personal” y art decó. Un atrevimiento para la época que, teniendo en cuenta la relevancia adquirida, resultó todo un acierto que muchos trataron de imitar desde entonces, con más o menos éxito, pero siempre en ‘Verde Betanzos’. Una decisión que no solo no le hizo perder la confianza del regidor, sino todo lo contrario, a tenor de la correspondencia que ambos intercambiaron durante las obras, entre 1927 y 1928. Unas cartas de muestran la enorme implicación de ambos en la renovación estética de O Campo.
Los primeros tres decenios del siglo ‘revolucionaron’ Betanzos, Unos años de cambios y aperturismo en los que la ciudad experimentó una enorme transformación estética “dejando atrás las murallas medievales” y apostando por la construcción de “residencias familiares en el estilo de la época”, explican desde Turismo de Betanzos.

Núñez y García Naveira

En 1917, los Núñez le encargaron el diseño de una casa que, además, habría de albergar unos almacenes comerciales y una sucursal del Banco de España. En la rúa do Castro, a escasos metros de la casa consistorial de Betanzos. Unas instalaciones que siguen abiertas como sede de la Fundación  CIEC (Centro Internacional de Estampa Contemporánea).

También de 1917, el año que la constitución de la Irmandade da Fala de Betanzos,  son las Escuelas de San Francisco, en Os Cabildos. La construcción, solicitada cinco años después de la muerte de Jesús García Naveira en un accidente de circulación en Argentina, cumplía el expreso deseo de este que, por un testamento ológrafo, otorgado en Madrid en 1911, dejó diversas donaciones, once al Ayuntamiento de Betanzos. Una de ellas, de 50.000 pesetas de la época, para la construcción de una escuela infantil que, en caso de que la institución municipal no cediese unos terrenos en San Francisco para ella, quedaría nula, recoge el investigador Santiago de la Fuente en su obra ‘Los Hermanos García Naveira y sus Fundaciones’. La primera piedra del edificio de las Escuelas Jesús García Naveira se puso el 17 de agosto de 1917.

El inmueble, con tres cuerpos, uno  central y los laterales, siguiendo un esquema simétrico para un buen aprovechamiento de la luz natural en el interior, sigue albergando una escuela infantil que, circunstancias del destino, lleva el nombre de Santiago de la Fuente.