En menos de un mes, Betanzos regresa a la Edad Media. Entre estandartes, sus vecinos se entregan con orgullo a su ‘flashback’ anual a 1467. Una cita en la que evocan las atenciones de Enrique IV de Trastámara y las arengas de Afonso de Carballido. Una convocatoria de veinticinco años en la que recrean algunos de los capítulos más célebres de sus memorias y apelan a la cultura y a la extraordinaria “herdanza dos nosos antergos” como ingredientes inexcusables de la receta que tienen que aplicar para avanzar en la recuperación de un entorno monumental que albergó una y mil contiendas, que asistió al apogeo medieval de la que después se convertiría en una de las siete capitales del Reino de Galicia.
En uno de sus últimos números, la revista Historia National Geographic analiza en un artículo el espectáculo de los torneos caballerescos en la Edad Media. Una extensa información en la que se revisan cronología, características y tipos de combate, y que se completa con el relato de la Justa de Betanzos. Este, incluida en las célebres ‘Crónicas de Froissart’ –reconocidas como la mejor expresión del renacimiento caballeresco del siglo XIV inglés y francés– cuenta que el caballero Regnaut de Roye envió un heraldo para proponer a John Holland, duque de Exeter, librar “tres lances de lanzas a caballo, tres de espada, tres de daga y tres de hacha” en Betanzos. El de Lancaster aprobó la idea y ofreció un salvoconducto a Regnaut, que se presentó en la todavía villa acompañado por caballeros, escuderos y sesenta animales, dispuesto a combatir en la plaza, donde se montaron gradas para los espectadores que acudirían a la liza, y hasta donde se desplazaron, además del duque y su séquito, su aliado el rey de Portugal.
Según el relato de Froissart, los dos llegaron montados en corceles, “se miraron entre las viseras de sus yelmos y tomaron sus lanzas y espolearon sus caballos para encontrarse a toda velocidad y se alcanzaron de tal manera que sir Regnaut partió su lanza en cuatro trozos”, comienza la crónica, que cuenta cada detalle del combate, desde el primer lance hasta el final, y asegura que “cuando terminaron, nadie resultó herido y la fiesta se acabó y se retiraron a sus aposentos”, que “el duque de Lancaster cenó con los caballeros de Francia”.
El evento tiene hasta ‘imagen’, una miniatura de las Crónicas de Jean Froissart que puede consultarse en la Biblioteca Nacional de Francia. La ‘fotografía’ de la Justa de Regnaut de Roye y John Holland, de la Joute de Betanzos (1387).