La calle de Panaderas fue ayer el escenario de una atropello en el que un menor fue golpeado por un autobús de línea municipal resultando herido leve. No es un caso extraordinario: los accidentes con autobuses implicados se han vuelto mucho más frecuente: el año pasado se registraron 42, lo que supone un incremento de cerca del 48% en solo un año, puesto que tanto en 2017 como en 2016, la cifra se había mantenido en 28 y 22, para volver en 2018 a niveles de 2015.
El atropello de ayer tuvo lugar a las tres de la tarde frente al número 33 de esa plaza, provocó heridas de carácter leve al niño, de 13 años de edad, que en esos momentos se encontraba en compañía de sus padres. Según la Policía Local, la víctima se encontraba en la calzada en el momento de ser alcanzado, por lo que oficialmente cruzaba fuera de paso de peatones. Según un testigo, la víctima estaba rodeando un coche que salía de un párking subterráneo y por eso pisó la calzada en el momento del paso del bus municipal, que le golpeó con el espejo retrovisor.El chófer clavó los frenos. Afortunadamente, el menor no acabó bajo las ruedas del transporte público. Al lugar de los hechos, acudieron efectivos de la Policía Local, así como una ambulancia del 061, cuyos tripulantes atendieron al adolescente ante la mirada de sus preocupados padres. Tras inmovilizarle en la camilla, fue trasladado al hospital Materno.
En la propia parada
La mayor parte de los accidentes de tráfico relacionados con los autobuses suelen tener lugar en las propias paradas. Los choferes recuerdan a los viajeros que deben adoptar medidas de precaución porque, en ocasiones, al tratar de alcanzar un autobús que abandona la parada le cierran el paso, provocando un atropello. Rara vez son mortales, pero en ocasiones el autobús, sobre todo los articulados, ha llegado a arrollar a un viajero, seccionándole una pierna y provocándole la muerte.
Otro caso bastante habitual es el de las lesiones provocadas por las caídas de los pasajeros. Ya sea debido a un alcance o a una colisión, cuando el autobús se ve implicado en un siniestro y se ve obligado a frenar bruscamente, a menudo los viajeros se ven proyectados contra el suelo del vehículo, produciéndose heridas de diversa consideración, aunque casi siempre leves. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a menudo los viajeros son de edad avanzada.