Seamos positivos, como quiere Borja Jiménez. Borremos 85 minutos y quedémonos con los cinco últimos y el descuento, el duelo de Yeremay contra el exdeportivista Lucho García en el que se convirtió el partido. Un Deportivo negado de cara a puerta, unas veces por falta de precisión y otras, por acierto del rival. Sigamos siendo positivos. Portería a cero, esta vez con Edu Sousa. Y hasta ahí. Sin gol por segunda jornada consecutiva, con poca confianza en los jugadores, sin aportación de los delanteros (un remate al poste de Kuki García). Producción sin rédito para un equipo que el domingo recibe al colíder Linares, siete puntos por encima. Será el primer aspirante al ascenso que se atraviesa en el camino del Deportivo, que suma ya cuatro tropiezos en siete jornadas de Primera Federación. 

En el Cerro del Espino hubo cambio de sistema (regresó a la defensa de cuatro) y cinco fueron las permutas de Borja en la alineación respecto a la derrota ante el San Fernando, dos de ellas obligadas por las bajas. Fue el debut en partido oficial de Edu Sousa por la indisposición de Ian Mackay, regresó Pablo Martínez al eje de la zaga por la lesión de Jaime Sánchez, se reincorporó Raúl Carnero tras superar su dolencia muscular y también recuperaron la titularidad Alberto Quiles (afrontó diezmado la cita con el San Fernando) y Kuki Zalazar. 

Villares no solo recibió el brazalete de capitán de Álex Bergantiños, también asumió el rol del de la Sagrada Familia en la salida lavolpiana habitual del Deportivo. Rubén Díez y Mario Soriano modificaron su rol en el terreno de juego, más retrasados. Lo que no cambió fue la previsibilidad del conjunto herculino y tampoco las lagunas defensivas en las transiciones del rival, como la de Pinillos a los ocho minutos por la banda izquierda, aunque la concluyó con un centro a la grada. 

Kuki Zalazar, que por la semana, en una entrevista con este diario, reconocía, como es obvio, que le gustaría tener más minutos y elogiaba la propuesta de Borja Jiménez, le puso voluntad, pero no acierto. Quiso hacer demasiado y acabó logrando poco. 

La presión alta que el Deportivo ensayó en Abegondo esta semana se centró en la salida del balón de Ofolui. Logró, por ejemplo, un córner cuando Narro encimó a Lucho García. 

Más peligro generó Aldalur, a los 23 minutos, con un centro desde la derecha que acabó con Pinillos enviando alto después de un despeje de la zaga deportivista. 

El primer (y único) tiro entre los tres palos lo protagonizaron los de Alfredo Santaelena a tres minutos para el descanso. Surgió en una jugada a favor, una falta en tres cuartos que sacaron en corto Kuki y Rubén en vez de colgarla al área. El hispano-uruguayo abrió el balón hacia Antoñito, este lo rifó y perdió, y tuvo que correr hacia atrás para intentar tapar a David Rodríguez, que logró conectar el disparo y provocar que Edu Sousa mostrara reflejos sacando la pierna abajo.

La soporífera primera parte dio paso a una segunda sin cambios en los onces de ambos equipos. Si algo (no) funciona, para qué tocarlo... Entendible en el equipo de Alfredo, no tanto en el aspirante al ascenso (directo, incluso).  Con los mismos mimbres, cargó más el Depor, tejiendo con paciencia, como demandaba Alberto Quiles en su última rueda de prensa. Soriano se apoyó en Zalazar y este empaló con la izquierda para un disparo centrado que acabó en las manos del guardameta del Rayo Majadahonda.

El conjunto herculino se instaló en campo contrario y finalizó las acciones. Sin acierto. Pero algo es algo. Rubén Díez, por ejemplo, envió fuera un disparo con la derecha y Kuki cabeceó fuera el primer centro bueno que sirvió Antoñito, al que no se le puede reprochar esfuerzo, pero sí falta de precisión. 

Entre una y otra, una falta lateral que, como no, se le atragantó al Deportivo. Néstor ejecutó y el testarazo de Salama lo blocó Edu Sousa.

Los de Borja Jiménez avisaron de nuevo con un derechazo de Soriano a pase de Antoñito y tuvieron la mejor ocasión en una gran acción de Rubén Díez que cabeceó Kuki al poste. Ibai Gómez suplió entonces a Narro. Fue el primer cambio del Deportivo, que después metió en el campo a Gorka Santamaría y a Yeremay por Quiles y Kuki. 

El monólogo del Deportivo se vio alterado. El Rayo Majadahonda quiso meterle también el miedo en el cuerpo y se asomó un par de veces al área de Edu Sousa, donde Rubén Díez se sumó a las labores defensivas. 

Sin tanto dominio, pero con más verticalidad, una diablura de Yeremay sorprendió a la cobertura del Rayo pero no a Lucho García, que desplegó los puños como se le enseñó en Abegondo para frustrar al Deportivo a los 85 minutos.

El canario fue incisivo, un tipo diferente. Revitalizó el ataque y dio otro aire al Deportivo en los últimos metros. Produjo más él que el resto en todo el partido. Lucho García le contrarrestó con un par de paradas de mucho mérito que provocaron el reparto de puntos. 

El Depor se queda a siete puntos del Racing de Ferrol y el Linares, al que recibirá el domingo en el Estadio Abanca-Riazor. Un partido clave para coger confianza, para reengancharse a la pelea por las posiciones altas. Y sí, el equipo tendrá presión, así que más vale que pueda con ella, empezando por el entrenador.