Riazor acoge el domingo un duelo dramático, casi con tanto en juego como la última vez que se vieron las caras Deportivo y Málaga, pero con un objetivo antagónico al de aquel momento. En junio, los andaluces y los coruñeses buscaban una plaza en la final de la promoción de ascenso a Primera División. Cuatro meses después, pelean por salir del pozo en el que se han metido: son los dos últimos clasificados de Segunda División. La vida al revés.
El Deportivo recibe al equipo de Víctor Sánchez del Amo después de haber continuado en Las Palmas su particular caída libre en Segunda y ni siquiera el cambio de entrenador le ha servido para reaccionar en una temporada en la que pretendía luchar, como mínimo, por estar entre los seis primeros, con opciones de ascender, y en la que cierra la clasificación después de once partidos.
No puede caer más bajo en Segunda División, así que ha tocado fondo, inmerso en una grave crisis de juego y re resultados, con numerosas bajas y mucho trabajo por delante para, como mal menor, lograr la permanencia en la categoría de plata.
El equipo y su entorno percibía como circunstancial estar en posiciones de descenso, pero las jornadas van pasando y el equipo que empezó la temporada con Juan Antonio Albacete Anquela en el banquillo y la continúa, desde la pasada semana, con Luis César Sampedro, no es capaz de avanzar.
Ha sumado ocho puntos en once encuentros y ha encajado veinte goles, trece de ellos en sus desplazamientos. Ningún otro equipo de la categoría ha recibido más tantos. Las Palmas le ha endosado la goleada (3-0) más abultada del campeonato, pero también le marcaron tres goles otros candidatos al ascenso: Rayo Vallecano (3-1), Huesca (3-1) y Girona (3-1), así como el Numancia (3-3).
Solo ha dejado la portería a cero en una ocasión, ante el Almería en el último partido con Anquela (0-0) en el banquillo, un resultado que no le sirvió para seguir al frente de la plantilla. El enésimo cambio de técnico del Deportivo esta década no ha cumplido el tópico de entrenador nuevo, victoria segura, ni siquiera se ha visto mejoría, más bien lo contrario, aunque es pronto para exigirle a Luis César Sampedro, que también tiene excusa: afrontó el partido con ocho bajas entre lesiones y compromisos internacionales.
El frágil e indolente Deportivo llevaba 36 años sin verse último del fútbol profesional español y el próximo fin de semana se medirá a otro equipo que también estaba llamado a pelear por el ascenso, a pesar de las dificultades económicas, y que tiene los mismos puntos que él, ocho.
Con Michele Somma, Mamadou Koné, David Simón y Luis Ruiz en la enfermería, Luis César recuperará al griego Lampropoulos, al japonés Shibasaki y a los españoles Montero y Mollejo ante el Málaga una vez concluyan las concentraciones con sus respectivas selecciones.
El vestuario reconoce su preocupación y el técnico aboga por aprender de los errores, pero también limpiar la mente y olvidar el pasado (sea bueno o malo, como en este caso), para levantarse. La ventaja que tiene la Segunda División es que da tiempo a reaccionar (quedan 31 jornadas), como la UD Las Palmas esta temporada, el Zaragoza hace dos o el Getafe, pero el calendario avanza y el Deportivo llevaba más de 30 años sin verse en una igual.