Las elecciones catalanas de este domingo tuvieron tres efectos inmediatos: Salvador Illa busca los apoyos para ser elegido president a través de un tripartito, Carles Puigdemont se postula para disputarle la investidura y, en último término, todo parece depender de un ERC en estado de shock y con un Pere Aragonés que se aparta de la primera línea política y que ya avanzó que no apoyará a Illa.
Los resultados de las elecciones del 12-M, en las que el PSC se situó como primera fuerza con 42 escaños, seguido de JxCat (35), ERC (20), el PP (15), Vox (11), Comuns-Sumar (6), la CUP (4) y Aliança Catalana (2), dan ventaja a Illa en la carrera hacia la investidura, pero los pactos para hacerla posible son muy inciertos.
El primero en comparecer ayer para exponer cómo afronta el escenario postelectoral fue el candidato de Junts, Carles Puigdemont, que anunció que se postulará para el debate de investidura previsto, como muy tarde, para el 25 de junio.
Puigdemont reiteró así su intención de liderar un Govern “de coherencia soberanista” con el apoyo de ERC y quizá de la CUP, aunque necesitaría inevitablemente la abstención del PSC.
No parece dispuesto a entrar en su juego ERC, que asume que esta legislatura la pasará en la oposición y traslada a PSC y Junts toda la responsabilidad: “No estaremos para facilitar una investidura del PSC y no participaremos de las operaciones que necesitan del acuerdo de Junts y PSC”, advirtió el presidente catalán en funciones, Pere Aragonés, que anunció que abandonará la primera línea política y no recogerá el acta de diputado tras su debacle electoral.
Aragonés tomó esta decisión por “responsabilidad y honestidad” y ahora iniciará “una nueva etapa”, ya que los resultados del 12-M han propiciado un “cambio de rasante” en el que el independentismo ya no suma una mayoría parlamentaria y Cataluña ha dado “un giro hacia la derecha”.
Por su parte, Illa no compareció públicamente ayer, pero sí lo hizo la portavoz del PSC, Nuria Parlon, que afirmó que la prioridad de los socialistas es liderar un Govern tripartito con ERC y los comunes. “No apoyaremos la investidura de Puigdemont, la ciudadanía ha hablado claro y el independentismo en este momento no tiene una mayoría legítima como para reclamar este Govern encabezado por Puigdemont. Esto le tiene que quedar muy claro a Junts, aunque nos amenace con bloquear la gobernabilidad en España”, dijo.
En una rueda de prensa posterior a la reunión de la dirección del partido, Parlon explicó que ya han formado su equipo negociador, encabezado por la número dos del PSC, Lluisa Moret, que empezará a hablar con todos los partidos, excepto Vox y Aliança Catalana, e instó al resto de formaciones a “aceptar el principio de realidad” del resultado de las urnas.
En este sentido, insistió en que “el presidente de Cataluña tiene que elegirse en Cataluña” y ha invitado a Puigdemont a “reflexionar”: “Querer condicionar el Govern amenazando o bloqueando la posibilidad de un gobierno estable y transformador como está siendo el Gobierno de España creo que tampoco le deja en demasiada buena posición”. Aunque no cerró la puerta a un gobierno en solitario, la portavoz del PSC señaló que la prioridad de los socialistas es lograr un acuerdo con ERC y Comuns.
“Siempre nos hemos mostrado partidarios de entendernos con las fuerzas progresistas, por una cuestión ideológica, porque creemos que es la mejor forma de transformar este país. Nos gustaría poder entendernos con las fuerzas progresistas, evidentemente, son las que plantean los mismos retos o desafíos, pero estamos abiertos también a escuchar al resto de formaciones”, ha indicado Parlon, que ha señalado que el primer reto de las negociaciones será la configuración de la Mesa del Parlament.
Después de que ERC anunciara ayer que iría a la oposición, la portavoz ha pedido a los republicanos “que no bloqueen la posibilidad de que el PSC gobierne Cataluña”: “Igual que nosotros no hemos bloqueado cuando ellos estaban en minoría”.
Además, preguntada por la posibilidad de que Illa fuera investido con la abstención de Vox, Parlon enfatizó que no pactarán “nunca” con partidos que fomenten discursos del odio.
Después de pasar de 3 a 15 escaños, el candidato del PP, Alejandro Fernández, cerró la puerta a apoyar la investidura de Illa. Sobre el papel, Illa podría ser investido con el apoyo de PP y los comunes, siempre y cuando Vox se abstuviese, pero esta hipótesis también fue descartada por la formación de Santiago Abascal.
Por su parte, el portavoz de los comunes en el Parlament, David Cid, apostó por negociar un acuerdo entre los partidos de izquierdas para formar el tripartito con PSC y ERC.
La primera batalla política de la legislatura será la elección de la presidencia del nuevo Parlament, que se constituirá como muy tarde el próximo 10 de junio, al día siguiente de las elecciones europeas.
En el proceso hacia la investidura, el primer paso es constituir el Parlament y la Presidencia de la cámara, con una sesión que se deberá celebrar como tarde el 10 de junio, 20 días hábiles después de las elecciones, según el reglamento de la cámara.
La Presidencia del Parlament se elige en una votación en que los diputados escriben en papeletas su candidato: en primera ronda se escoge el candidato que logre la mayoría absoluta (68 votos) y, si nadie es investido, la segunda ronda repite el proceso para decantarse hacia uno de los dos candidatos más votados.