Cada año Pantone anuncia el color que será tendencia, en esta ocasión asegura que se trata del “peach Fuzz”, un tono melocotón suave y aterciopelado. Asegura que se trata de un color “que evoca sinceridad y ternura y transmite un mensaje de cariño y de compartir, de comunidad y de colaboración que buena falta nos hace.
La pasarela ya ha dictado sentencia y los imprescindibles serán: vestido negro ajustado, abrigo bata, americana con hombros marcados, minifalda y pantalón-braga. Por lo que ves es volver al pasado y vestir el presente.
"Lo ideal es comprar poca ropa, pero es importante invertir en prendas que aporten estilo y frescura a las que se tienen para renovar el armario"
Firmas de moda como Balenciaga, Mans, Jorge Vázquez, Giorgio Armani o Schiaparelli abogan por el vestido negro, una pieza que puso de moda Coco Chanel cuando lanzo el modelo número 817, un diseño aparentemente insignificante, que, sin embargo, resultó muy atrevido porque exhibía más de la cuenta las piernas de la mujer y además era de un color que representaba el poder y estaba reservado para la monarquía.
Desde entonces, no hay diseñador que cada año no haga su particular versión. Este año, se impone el modelo largo y ajustado, pero también se ven creaciones con profundos escotes, hombros marcados, drapeados en la cintura, encajes o faldas voluminosas con volantes que se alejan de las propuestas minimalistas.
Y por supuesto, el vestido blanco, siempre versátil y atemporal, el perfecto comodín de la época estival, tono que se identificaba con el fin de las obligaciones. Este año triunfan los modelos delicados, de siluetas lánguidas o voluminosos, de inspiración nupcial y con tejidos suaves.
Aunque hay abrigos que se han ganado por derecho su condición de clásicos y eternos como el modelo recto de solapa amplia en color camel o negro, los estilistas aconsejan invertir en el abrigo batín, ajustado a la cintura con un cinturón del mismo tejido.
Si hay una tendencia por excelencia de cara al nuevo año, es la que viene definida por las hombreras esculturales, un patrón que dibuja una silueta triangular, que recuerda a las que se llevaron en la década de los 80.
Una idea que las firmas llevan a la sastrería, "proponiendo chaquetas de mangas largas con faldas plisadas, minifalda, vestido corto o 'short' de talle alto".
Este año, las firmas hacen hincapié en la moda de lucir pierna, por lo que se consolida la moda del pantalón-braga como proponen las firmas Carolina Herrera o Chanel.
También apuestan por vestir con faldas muy cortitas que recrean el estilo 'preppy', "prendas que se pueden combinar con sudaderas, americanas y mocasines"
Una de las tendencias más originales de esta temporadas son los nudos, "una estrategia estilística que los diseñadores utilizan para enlazar prendas o simplemente para adornar", aclara Fernández, que indica que la forma más sencilla de lucir esta tendencia es utilizando un jersey o chaqueta anudada sobre los hombros o simulando unas mangas a la altura del pecho. Una propuesta que se ha visto en las creaciones de Fendi, JW Anderson, Bottega Veneta o Proenza Schouler, unas veces a la altura de la cadera u otras a la cintura.
Los calcetines arrasan, se vuelven imprescindibles. Más allá del blanco con zapatos mocasines, se van a llevar los modelos más altos en colores tan luminosos como rojos, dorados, morados, amarillos o salpicados con flores, todos ellos aptos para llevar tanto con deportivas como con sandalias.
¿Y los bolsos? No va a desbancar al modelo bandolera, pero el de mano o 'clutch' va a ser el mejor complemento, porque, como dicen los expertos, encaja con todo.