Este es el cuarto jubileo de Isabel II. Celebró su Jubileo de Plata en 1977, el de Oro en 2002 y el de Diamante en 2012. La monarca es la primera en la historia de la realeza británica en celebrar el Jubileo de Platino y la segunda del mundo, solo superada por el rey francés Luis XIV, que llegó a ocupar el trono durante 72 años. La historia de su reinado es la historia reciente del mundo.

Cuatro días de celebraciones que comenzaron con un desfile en Londres para seguir con la ceremonia Trooping the Colour o Desfile del Estandarte, un sa-ludo real con armas de fuego y la tradicional aparición de la reina en el balcón del palacio de Buckingham. Luego actos, conciertos, picnics, comidas de barrio… La popularidad de la monarca se ha visto reflejada en las calles y en los ingleses que se han acicalado con sus mejores galas, trajes con la conocida bandera llamada Unión Jack, divertidas pajaritas, pins en la solapa... los negocios han creado todo tipo de productos de merchandising y, por supuesto, no podía faltar un toque dulce, se  reinventan los clásicos cupcakes con algunos retratos más emblemáticos de la reina.

Fashion icon

Isabel II ha dejado huella en el mundo de la moda, de joven lucía outfits tremendamente femeninos y siempre ha tenido una gran inclinación por los estampados, los accesorios y las texturas en sus looks. Siempre ha amado usar vestidos con patrones diferentes y combinados. Y por supuesto sin miedo a los colores incluidos los colores neon. Una de sus características es el mono block o total look. Es evidente que su estilo ha evolucionado, en los cincuenta lleva vestidos que acompañan su silueta, en los setenta  turbantes, lazos al cuello motivos florales, en los ochenta adquiere cierto aire de la serie "Dinastía", actualmente su ropa es más holgada. Nunca se ha guiado por las tendencias, consiguiendo así un estilo muy personal y reconocible. 

Cada atuendo es cuidadosamente estudiado para mostrar respeto, gratitud y expresar distintos sentimientos para todos sus actos. La responsable de su estilo es su asistente personal, Angela Kelly que se encarga de su guardarropa, joyas e insignias. Destacamos como “uniforme real” sus prendas infalibles, tacones anchos de forma cuadrado y bajos o mocasines, abrigo recto de largo midi sobre vestido en contraste más corto, su clásico bolso negro de asa corta sobre el brazo, guantes, sombrero coordinado un broche en un hombro y su collar de perlas de varias vueltas. 

El ‘Daily Telegraph’ calculó que había recorrido el equivalente a 42 vueltas al mundo, me gustaría ver como hacían sus maletas, todo un aprendizaje. Ha visitado mas de cien países, más de 150 visitas a los países de la Commonwealh, ha participado en más de 21.000 actos oficiales, más de 112 visitas de estado. En el palacio de Buckingham se han celebrado más de 200 fiestas de jardín a las que han asistido alrededor de dos millones de personas. 

Es comprensible que la monarca británica haya optado por la uniformidad en su estilo, sabe lo que le queda bien, lo que es correcto en ella, ha probado con la experiencia lo que le es cómodo y lo que no. Su vestidor se extiende a lo largo de una planta entera de Buckinham, ese es el espacio que ocupa el armario real. Mas bien una oficina donde se organiza su uniforme real sin sorpresas, todo un gran trabajo para representar a su país.

Es muy inteligente al entender que es todo un símbolo y que su apariencia externa contribuye a asentar su real condición, ella viste para reforzar a la casa Windsor. La reina ni quiere, ni puede ni debe pasar desapercibida, por eso cuida su vestuario como un asunto de estado, nadie viste como la reina Isabel.