La provincia de A Coruña suma casi 1,1 millones de electores, el 40 % de Galicia, y reparte 25 de los 75 escaños en juego, de los que el PPdeG hasta ahora tenía 14, una cifra nunca lograda antes que asume que no repetirá el 18 de febrero.
A Coruña es la provincia más poblada, pero la normativa electoral la infrarrepresenta en el Parlamento de Galicia, donde Lugo y Ourense son las grandes beneficiadas.
Las ciudades de A Coruña, Santiago de Compostela y Ferrol, junto a sus áreas y la zona de O Barbanza -un área costera-, acumulan la mayor parte de la población de un territorio en el que el rural no tiene tanto peso, aunque sí cierto prestigio en varias comarcas del interior con un fuerte sector lácteo.
El PPdeG parte de una posición de privilegio: en 2020 logró el 49,15 % de los votos y se hizo con 14 diputados, un dato que nunca había logrado.
Es un número "imposible de mantener", según explica a EFE un miembro de la ejecutiva gallega del partido que, sin embargo, apunta al 13 como número mágico en esta provincia, donde ya lo logró más veces y está en sus cuentas para mantener una ajustada mayoría absoluta.
Y es que los últimos resultados electorales alejan a los populares de esa cifra, pues en las generales de julio tuvieron un 43,82 % de los votos y en las municipales de mayo se quedaron en un 37,24 % del apoyo.
La clave está en el comportamiento del resto de partidos, pues en este momento el BNG está como segunda fuerza, con los 7 escaños de 2020, y el PSdeG como tercera, con los otros 4.
En todas las elecciones los socialistas son segunda fuerza en la provincia, pero en las autonómicas de 2020 ese puesto lo ganaron los nacionalistas, a los que ahora las encuestas sitúan de manera clara en esa misma posición -que no tuvieron ni en mayo ni en julio, donde incluso estuvieron por detrás de Sumar-.
En el BNG dicen que están "muy movilizados" y "con ambiente de cambio, es posible", según apunta una integrante de la dirección nacional, que ve factible crecer en todas las provincias y lograr la Presidencia de la Xunta con un pacto con el PSdeG.
El ambiente es distinto entre los socialistas, que señalan que sus votantes "se deciden en la última semana", tal y como dice un miembro del equipo de campaña, y no renuncian a la segunda plaza, si bien apelan al "voto útil" porque los restos en 2020 se decidieron entre ellos y el PPdeG, con apenas 4.267 papeletas que habrían cambiado el escaño 14 por el 5 del PSdeG.
Las formaciones que ahora no están en el Pazo do Hórreo también tienen que decir: Vox por la derecha y Sumar por la izquierda, además de Podemos, que en julio tuvieron apoyo suficiente para lograr escaños.
Vox todavía no ha logrado diputados en Galicia y sus únicas bazas son Pontevedra, de donde es el candidato, y A Coruña, donde superó el umbral del 5 % en julio y tiene un techo electoral de un 8,3 % en unas generales.
Lo mismo ocurre con Sumar, que parte de un 12,39 % en julio y ahora las encuestas lo sitúan fuera, como a Podemos, que en aquel momento fue integrado en la lista.
Todos pelearán por estas posiciones en una provincia en la que la pesca tiene especial peso e incidencia, además de la política urbana, por su concentración geográfica, y las comunicaciones en el Eje Atlántico, con la autopista AP-9 y el tren de alta velocidad como referentes.