Los forenses documentan graves lesiones en el bebé cuyos padres juzgan en Lugo

Los forenses documentan graves lesiones en el bebé cuyos padres juzgan en Lugo
Un momento del juicio /EP

El testimonio de uno de los forenses que revisó al bebé supuestamente agredido por sus padres en Lugo abrió la segunda jornada del juicio que se está celebrando en la Audiencia Provincial contra los progenitores del menor, para quienes el ministerio público pide una pena de catorce años de cárcel por los delitos de maltrato habitual en el ámbito familiar y lesiones.


Para esta última jornada de la vista oral está prevista la declaración de los peritos y la exposición de las conclusiones definitivas de las partes, tanto de la acusación como de la defensa.


El abogado Francisco Muinelo, que ejerce la defensa de uno de los acusados, confirmó a EFE, antes del inicio de esta segunda jornada del juicio, su intención de pedir la libre absolución para su cliente.


En cuanto a la declaración del primer forense que compareció en la sala de vistas de la Audiencia Provincial este miércoles, el médico relató las graves heridas que presentaba el niño, con lesiones cerebrales y la pérdida de visión en un ojo.


Ambos acusados no ofrecieron explicaciones en la primera jornada del juicio sobre las causas de la lesiones que presentaba el pequeño, pero los profesionales que lo atendieron negaron la posibilidad de que las graves heridas que presentaba el bebé fuesen compatibles con una causa accidental.


Según el escrito de acusación del ministerio fiscal, los padres del niño, que nació a finales de mayo de 2019, mantenían al bebé “en unas condiciones deplorables de falta de higiene”, con basura acumulada “en las habitaciones de la vivienda”.


El ministerio fiscal subraya que “no atendieron debidamente las necesidades del menor”, no lo llevaron a las revisiones pediátricas correspondientes a su edad y “lo agredieron en reiteradas ocasiones, golpeándolo y zarandeándolo cuando” el niño “se ponía a llorar”.


De hecho, como consecuencia de esas agresiones, el 16 de agosto de 2019, el bebé “tuvo que ser ingresado en la UCI pediátrica del HULA”, tras recibir una primera asistencia en el Centro de Salud. Sus lesiones eran tan graves que el niño tuvo que ser posteriormente derviado al Hospital La Paz, de Madrid, para ser sometido a una intervención oftalmológica de urgencia.


Aunque el fiscal reconoce que todavía no es posible determinar el estado clínico definitivo del menor, porque a causa de su corta edad no se ha producido el total desarrollo de su motricidad y capacidades cognitivas, recuerda que su evolución clínica, seguida en las consultas de pediatría, da muestras de “un importante atraso en el desarrollo psicomotor, con mal pronóstico neurológico y elevado riesgo de parálisis cerebral infantil”.


Además, “puede asegurarse que mostrará una pérdida total de la visión del ojo izquierdo” y “alteraciones de las funciones cerebrales”, con “trastornos del lenguaje y epilepsia”, de modo que “casi con toda seguridad requerirá de cuidados por parte de terceras personas, en mayor o menor medida, durante el resto de su vida”.


El Xulgado de Instrucción número 1 de Lugo les prohibió a los padres acercarse al pequeño en agosto de 2019 y la Xunta de Galicia asumió su tutela legal.


El fiscal pide catorce años de prisión para los padres, la suspensión de la patria potestad durante el mismo tiempo y que se les prohíba acercarse al niño durante 12 años.

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