Con unos 170 trabajadores, las movilizaciones por un nuevo convenio colectivo se han convertido en una huelga indefinida en la planta de Leche Celta en Pontedeume (A Coruña). Los empleados han participado este miércoles en una protesta que les ha llevado a caminar desde el recinto, en la parroquia de Andrade, al casco urbano.
El colectivo ha desembocado en el punto más céntrico de la villa, el puente de piedra que la une con el vecino municipio de Cabanas (A Coruña).
Ya acumulan once días de paros, pero la dirección "no se ha puesto en contacto con nosotros", lamenta a Efe la presidenta del comité de empresa, María José Vizoso (CIG).
La portavoz sindical, con cerca de dos décadas de experiencia en la firma, afirma que la compañía tiene que llamarles "para la negociación y presentar una plataforma". "Presentaron un incremento salarial variable", reprocha, para hacer mención a factores como el "absentismo o mermas de productividad" que no pueden admitir.
Las posiciones están enquistadas y ni siquiera la mediación del alcalde eumés y líder provincial del PSOE, Bernardo Fernández, ha desbloqueado el diálogo.
La máxima responsable del comité resalta la reciente aprobación del convenio estatal de las industrias lácteas como referencia para partir "como mínimo de una base, de algo que tenga sentido". Proponen un "porcentaje que se incremente durante los años que dure" el marco regulador y otras "mejoras sociales" en "beneficio del trabajador".
Vizoso recuerda que en 2017 se firmó un convenio tras "varios meses en negociaciones" y "cinco días de huelga" total, cuando el paro de esta semana es parcial y las horas de protesta se reparten entre los turnos de trabajo de cada jornada.
Aquella situación "podemos considerar que fue dura", apunta, pero valora que firmaron un pacto "por encima" de las condiciones del sector a escala nacional. Sin embargo, menciona que la llegada en 2018 de un nuevo titular del área de Recursos Humanos enrareció las relaciones.
"Es una persona menos accesible; por delante, parece que se puede hablar, después demuestra que hay bastante diferencia", sostiene la portavoz de la CIG. Subraya que los sindicatos tuvieron "que hacer varias denuncias por derechos que no se querían dar".
Para dejar claras sus demandas, este miércoles han marchado por uno de los carriles de la carretera que conduce al centro neurálgico de Pontedeume y aspiran a que la "comarca vea lo que hay" en Leche Celta.
Según María José Vizoso, el respaldo del alcalde es muy importante e indica que el plantel está "agradecido de verdad", porque les está "echando una mano". Recibió su llamada "para animarnos" y para "decirme que no tenía problema ninguno" en hablar con la dirección, pero "el tema sigue igual".
El paro, además, tiene un efecto en la actividad del complejo, donde "esta semana la productividad es muy baja; tenemos muy poca entrada de leche, no la podemos tener almacenada sin envasar porque se perdería".
Desde el inicio de los paros a comienzos de enero, declara, se "está desviando leche" a instalaciones del grupo en Cantabria y Ávila, pero también a dependencias de la firma portuguesa Lactogal, que adquirió en 2006 Leche Celta.
La dirección, que guarda silencio ante la opinión pública, argumenta que atraviesa dificultades económicas, pero el comité de empresa desconfía. "Siempre tuvo carga de trabajo, beneficio tenemos que tener; siempre estamos con ganancias", replica la presidenta del comité.