Los peritos del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil han confirmado este jueves que J.C.E.I., embistió con su coche "a conciencia" al vehículo de Jessica Méndez, en una intersección de una pista con la N-550 en Barro (Pontevedra), el 17 de marzo de 2022, causándole lesiones tan graves que desembocaron en la muerte de la chica, y sin que ella hubiera podido hacer nada para evitar la colisión.
Así lo han manifestado estos expertos, durante su comparecencia en la Audiencia Provincial de Pontevedra, en el juicio contra J.C.E.I., acusado de un delito de asesinato agravado por motivos de género, y han explicado que, para elaborar su informes, tuvieron en cuenta diversa documentación, así como la inspección realizada en el lugar del siniestro meses después o el análisis de los vehículos implicados, a partir de lo que elaboraron diversas simulaciones.
Estos expertos han explicado que, a la vista de toda la información y de esas simulaciones, su conclusión es que J.C.E.I. circulaba por la N-550 y, un segundo antes del impacto con el coche de Jessica, (que estaba en una pista perpendicular parado, a la espera de incorporarse a la carretera) realizó un giro a la derecha para impactar con el turismo de la víctima. "Hubo una conciencia y voluntad del conductor de provocar la colisión", han explicado ante el tribunal, y han recordado que el coche del acusado tenía espacio, tiempo y visibilidad para hacer una maniobra evasiva, frenar o intentar evitar el choque, pero no hay indicios de que actuara en ese sentido.
Además, han descartado que se hubiera podido producir una salida de vía por despiste u otra circunstancia, ya que el propio bombeo de la calzada (un abultamiento para evitar las balsas de agua), si no se toca la dirección, por sí mismo no justificaría ese desvío. "Es necesaria una maniobra de giro", han recalcado.
Estos peritos, que han estimado que la velocidad del coche del acusado era de 81 km/h, han descartado también algún fallo mecánico o eléctrico del vehículo, y han señalado que Jessica "no tuvo ninguna posibilidad de haber evitado" al coche que se le vino encima, que desplazó su vehículo más de 16 metros.
En la misma línea se han manifestado los agentes del destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra que acudieron al lugar el día del siniestro. Estos testigos han confirmado que, cuando llegaron, hablaron con el acusado, que manifestó que "no estaba mareado" , "que no se había dormido" y que la otra conductora se le había "metido" delante de su trayectoria. Asimismo, han explicado que, en ese primer momento, J.C.E.I. (que dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas) negó conocer a la víctima, y que confirmó que eran vecinos momentos más tarde, cuando él ya estaba en el hospital.
En opinión de estos testigos-peritos, las circunstancias de este siniestro carecían del "elemento de imprudencia" o de "distracción" o "infracción" que suelen tener los accidentes de tráfico. "No vimos por ningún lado indicios de hubiera sido involuntario, más bien todo lo contrario", han señalado y han añadido, que precisamente por esas sospechas, remitieron ese mismo días las diligencias al grupo de delitos contra las personas de la Guardia Civil.
Según han señalado, había "indicios", como la posición de los coches tras el choque o la ausencia de marcas de frenada, que "hacían pensar que no había sido un accidente, sino un siniestro provocado de forma consciente y voluntaria".
Por otra parte, han recalcado que el coche de la chica "estaba parado" cuando se produjo la colisión y no había indicios de que Jessica hubiera hecho ya la maniobra de incorporarse a la N-550, como mantuvo el acusado en los primeros momentos tras el accidente, alegando que se le había "echado encima". Con todo, en el juicio que se sigue por estos hechos en la Audiencia, el abogado de la defensa ha esgrimido como argumento que el siniestro fue accidental, por una salida de vía derivada de un momento de somnolencia del acusado.
En la jornada de este jueves también ha declarado un agente de Guardia Civil, del destacamento de tráfico, que acudió en primer lugar a la zona del siniestro, y que ha explicado que, en un momento dado, cuando el acusado estaba siendo atendido en la ambulancia, el entonces novio de Jessica se le acercó en "actitud amenazante".
Según ha relatado, al preguntar qué pasaba, el novio le explicó que J.C.E.I. llevaba tiempo "persiguiendo" a Jessica, una circunstancia que fue confirmada al agente también por el hermano de la víctima. Este testigo también ha relatado que se acercó al accidentado para preguntar si había sido amenazado, a lo que él "contestó que no, que solo quería irse de allí".
Finalmente, un agente de Policía Judicial de la Guardia Civil, que paticipó en la detención del acusado (al día siguiente del siniestro) y en la investigación, ha confirmado que diversos testigos se refirieron a una situación de acoso previo por parte de J.C.E.I. hacia la víctima, y ello a pesar de que, en el análisis de los teléfonos, no se encontraron mensajes ni llamadas entre ambos.
Asimismo, ha señalado que, el mismo día del accidente, minutos antes de que se produjera el fatal siniestro, el cuñado del acusado envió mensajes a Jessica para advertirle de que J.C.E.I. la estaba vigilando, iba hacia su casa y se situaba delante del portalón de salida de la finca.