La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha puesto en marcha la segunda fase del plan de creación de unidades caninas, que formará doce equipos cinológicos distribuidos por toda la geografía española que se sumarán a los once ya existentes.
En la apertura en Burgos del curso de formación para los profesionales penitenciarios encargados de las nuevas unidades caninas, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, ha detallado este lunes que el proyecto se extiende a Castellón II, A Lama, Ceuta, Las Palmas II, León, Madrid V, Madrid VII, Murcia II, Teixeiro, Topas, Valencia y Zaragoza.
“La creación de las nuevas unidades supone un refuerzo en la estrategia diseñada por la Administración Penitenciaria para prevenir y evitar la introducción y el consumo de droga en prisión; un compromiso claro con el deber de velar por la salud de las personas privadas de libertad”, ha señalado Ortiz.
Los 23 equipos que van a estar desplegados en otras tantas cárceles prestarán también servicio a otras prisiones de la zona en la que operan, de manera que el radio de acción se extenderá a gran parte de la geografía española.
El proyecto comenzó con una experiencia piloto en el Centro Penitenciario de Burgos en el año 2018 y, de manera progresiva, se han ido constituyendo equipos de esta naturaleza en otras diez prisiones: Albolote, Algeciras, Córdoba, Huelva, Madrid III, Málaga I, Málaga II, Mallorca, Puerto III y Sevilla II.
Durante 2022, las unidades caninas llegaron a detectar el 58,87 por ciento de la suma de cannabis, cocaína y heroína intervenidos en los diez establecimientos en los que estuvieron operativas, dado que el Centro Penitenciario de Mallorca no contó con equipo propio hasta finales del año pasado.
“Ahora se trata de seguir avanzando y llegar a más centros en esta segunda fase”, ha explicado el secretario general de Instituciones Penitenciarias, tras reconocer la labor de los profesionales del Centro Penitenciario de Burgos y de la Policía Local, que impulsaron la constitución de la primera unidad.
Acompañado por el director general de Instituciones Penitenciarias, Miguel Ángel Vicente, y la directora de la prisión de Burgos, Elena Ramos, Ángel Luis Ortiz ha agradecido la implicación del Ayuntamiento en el proyecto al facilitar las instalaciones para la formación de los guías caninos.
El curso, que ha comenzado este lunes y concluirá en junio, tiene como objetivo la cualificación de 25 profesionales penitenciarios y el adiestramiento de 25 perros asignados a las unidades caninas para la detección de drogas mediante el sistema de marcaje lapa.
Estará impartido por especialistas en esta técnica de la Policía Local de Burgos y de otros puntos del país y por un experto cinológico de la prisión burgalesa.
En total, serán 520 horas lectivas que incluyen sesiones teóricas y entrenamiento práctico en los centros de trabajo.
La técnica del marcaje lapa se caracteriza por ser poco invasiva, ya que el perro se limita a tocar, o marcar, la zona en la que detecta las sustancias estupefacientes.
Algunos de los perros han comenzado también a ser entrenados para el señalamiento de teléfonos móviles.