En la playa de Pinténs, en Cangas (Pontevedra) se esconde una de esas joyas gastronómicas que poca gente conoce: el chiringuito Castiñeiras. Está emplazado en un lugar idílico, a pie de playa y con sombra. Todo ello en un entorno en el que la arena fina y el agua cristalina son las protagonistas.
Su calidad le ha hecho merecer un Solete de la Guía Repsol, los distintivos más informales que se conceden a lugares singulares y con encanto, con buena relación calidad - precio. Dicen de este chiringuito en la página de la Guía: "A la cocinera gallega Lucía Freitas le gusta ir a 'Castiñeiras', y es lógico. Si sabes dónde está, a este chiringo escondido se puede acceder fácilmente y abre a partir de San Juan" [esto es, el 23 de junio].
La cocina es modesta pero cuidada. Destacan algunas raciones como el pulpo o el churrasco. Especialmente recomendables son sus bocadillos especiales y sus hamburguesas. También preparan ensaladas frescas con productos de su huerta. Y sin lugar a dudas, el plato estrella es la empanada: tanto que, si no se llega pronto, es difícil conseguir una porción.
En el chiringuito Castiñeiras se aceptan mascotas, está adaptado para niños pequeños –cuentan con tronas y espacios donde jugar– y, además, tiene parking. La atención y el trato son amables y eficientes. Una oferta completa para pasar un rato agradable en primera línea de playa.