Cientos de israelíes, apoyados por exgenerales y oficiales de seguridad, protestaron este lunes para exigir que los judíos ultraortodoxos, exentos del servicio militar obligatorio si se dedican a estudiar la Torá, acudan a filas en plena guerra en Gaza, el día que el Tribunal Supremo empieza a estudiar una moción al respecto.
En Israel "todos los ciudadano tienen los mismos derechos y todos deben participar en los esfuerzos para salvar y defender nuestro país, pero desafortunadamente, en Israel hay un gran partido político que cree que quienes estudian la Biblia, la Torá (...) tienen el privilegio de no servir en el Ejército", asegura a EFE el exjefe de los servicios de inteligencia exterior Tamir Pardo.
Pardo forma parte de un grupo de unos 170 exgenerales y altos mandos de las fuerzas de seguridad israelíes que se han unido a otras iniciativas y grupos ciudadanos como El Movimiento por un Gobierno de Calidad, Madres en el Frente o Construyendo una Alternativa para presionar en favor de que se eliminen los privilegios de los estudiantes de religión.
Junto a una veintena de exmandos que hoy se han acercado al Tribunal Supremo, que deberá decidir si obliga o no al Gobierno a forzar el alistamiento de los ultraortodoxos, Pardo explica que fue el jefe del primer Ejecutivo de Israel, David Ben-Gurión, quien otorgó la primera exención al servicio militar a 400 estudiantes de la Biblia, hace siete décadas.
Pero Dani Jalutz, comandante en jefe de las Fuerzas armadas entre 2005 y 2007, se queja de que en la actualidad "lo que vemos aquí es que estos ultraortodoxos son 66.000 jóvenes en la edad de servir, son casi 5 divisiones militares".
"Solo quieren disfrutar de los beneficios, pero no pagar nada para ser ciudadanos. Están disfrutando de seguridad social, de todos los servicios que provee el Estado, pero durante muchos años, 70 años, se han aislado de la sociedad", apunta.
Frente al tribunal y en un ambiente festivo, cientos de israelíes ondeando banderas blanquiazules con la estrella de David, cantan y gritan consignas a favor de un servicio militar igual para todos, para mostrar a los miembros del tribunal su postura contra la dispensa de los ultraortodoxos.
Shira, madre de un joven recluta, lleva un cartel en el que se puede leer "unidad = igualdad" y porta al hombro una camilla militar junto a otras tres personas para mostrar -dice- "que este es el peso que cargamos con el servicio militar".
"Porque los soldados pagan tres años (de servicio militar) y mi hijo acaba de ser reclutado y va a dar tres años de su vida, por lo menos", agrega, antes de preguntarse por qué los estudiantes de la Torá no tienen la misma obligación.
Por su parte, el exjefe de división del Mosad Haim Tomer subraya que "el servicio militar es el elemento número uno que une a Israel". "Todo joven de 18 años tiene que servir en el Ejército, es nuestra obligación hacia nuestra nación y ellos quieren romperlo".
Como el resto de exaltos mandos, critica al Gobierno de Benjamin Netanyahu por intentar cambiar las normas básicas que regulan el funcionamiento del Estado, en un país que carece de Constitución, y por considerarle responsable del ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre que causó 1.200 muertos en Israel y que fue el detonante de la guerra que ha costado casi 30.000 vidas en la Franja de Gaza.
"Este es un gobierno terrible, este Gobierno debe irse, es responsable del desastre del 7 de octubre y quiere cambiar Israel (...). Espero que finalmente la gente se despierte y en masa llame a nuevas elecciones", señala.
La actual coalición de Netanyahu se mantiene gracias al apoyo vital de los partidos ultraortodoxos -Shas y Judaísmo Unido de la Torá- con poder para hacer caer el gobierno si no se cumple una de sus principales exigencias: la exención militar de los haredíes.
Sin embargo, ante la prolongación de la guerra en Gaza, la más larga en la historia de Israel, y la necesidad de continuar la lucha, el Ejecutivo ha propuesto un aumento de la edad para servir en el Ejército, así como la extensión del servicio militar y de los días por año que los reservistas deben hacer instrucción.
A unos 30 metros de la concentración, una quincena de ultraortodoxos rodeados de vallas y policías para evitar enfrentamientos reivindican su derecho a no hacer el servicio militar.
Llevan carteles en los que se puede leer: "El cierre de las yeshivas (escuelas religiosas) es un ataque contra el judaísmo" o "No nos alistaremos".
"Ellos no actúan de acuerdo con la ley de la Torá, el Estado de Israel no se rige por la Torá, la ley judía", dice a EFE en esa contraprotesta un haredí, que niega que ellos estén soportando menos peso y critica que hay guerra "porque ellos quieren la guerra".