El profesor de Tecnología Naval de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) Carlos Mascaraque declaró este viernes que el colapso del submarino ‘Titán’ en el Atlántico podría haberse debido a un fallo en el diseño o en la construcción de la nave, y no a una colisión con algún elemento del fondo marino.
Así, explicó que uno de “los puntos más críticos” de la seguridad de un submarino es la unión entre las piezas que conforman el casco resistente “porque es ahí donde la presión va incidir con más fuerza”. “En el caso de los submarinos S-81 que Navantia construye para la Armada Española se llevan a cabo muchas inspecciones previas para garantizar la seguridad de esas zonas, pero los protocolos de las empresas privadas pueden no tener las mismas exigencias”, comenta el ingeniero naval.
En esta línea, el profesor de la UPCT remarca que los sistemas de seguridad de los submarinos son redundantes, es decir, todo se encuentra duplicado para que si falla cualquier elemento haya otro homólogo que pueda cumplir su función.
Igualmente, esgrime que “es poco probable que el colapso se haya producido por un accidente o un choque con otro elemento subacuático” porque los submarinos se mueven muy lentos y su manejo no es como el de un coche o un avión. Asimismo, apostilla que un colapso provoca una implosión instantánea, de manera que si eso fue lo que produjo la catástrofe del submarino, sus 5 ocupantes no experimentaron ninguna situación de pánico o descontrol antes de fallecer.
Por su parte, la Marina estadounidense indicó que detectó el domingo el sonido de una implosión submarina que probablemente fuera la del sumergible Titán, según confirmaron funcionarios del servicio a varios medios estadounidenses.
Según la Marina, la información se compartió inmediatamente con las autoridades a cargo de la misión de rescate, que decidieron continuar con la búsqueda para tratar de salvar las vidas de los cinco tripulantes, recoge The Washington Post.
El emprendedor Guillermo Söhnlein, cofundador de OceanGate, la empresa que operaba los viajes a los restos del Titanic del sumergible siniestrado, rechazó ayer algunas críticas sobre la seguridad de la compañía al considerar que esas personas no disponen de “toda la información” para poder opinar.
Söhnlein, que dejó la empresa hace diez años aunque aún posee una participación minoritaria en ella, indicó que “las personas no hacen más que equiparar certificación con seguridad e ignoran los 14 años de desarrollo del sumergible Titán”, lamentó.