El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, proclamó hoy, en la apertura de la semana de Alto Nivel de las Naciones Unidas, que “el estado de nuestro mundo es insostenible” y que “no podemos seguir así”. El político portugués señaló así los tres males mayores que según él afectan al mundo: la impunidad, que se repite en todos los grandes conflictos actuales (en Gaza, Líbano, Ucrania o Sudán); la desigualdad, que se agrava cada vez más entre los países y dentro de las fronteras de estos; y la incertidumbre que generan el cambio climático y una inteligencia artificial (IA) cada vez más descontrolada.
Como suele ser habitual en este foro, el secretario general pasó revista a los mayores problemas mundiales, tanto los derivados de las guerras y las divisiones geopolíticas como de las brechas sociales y tecnológicas, y aunque dijo que “los retos a los que nos enfrentamos no son irresolubles”, su diagnóstico fue sombrío.
Sobre la impunidad, Guterres lamentó que un número creciente de países sientan que pueden violar la carta de la ONU y las leyes internacionales humanitarias, “invadir otro país, devastar sociedades enteras o ignorar olímpicamente el bienestar de su propia población”. Dijo que esta actitud prepotente se encuentra en Oriente Medio, en el corazón de Europa y en el Cuerno de África, y se detuvo especialmente en Gaza, donde la guerra ya va a cumplir un año con un saldo devastador de 41.300 muertos palestinos.
Y expresó que si en el pasado, durante la Guerra Fría, había líneas rojas y guardarraíles, “uno siente que no existen hoy, ni tampoco tenemos un mundo unipolar”, y definió el mundo actual como una especie de purgatorio “donde cada vez más países llenan los espacios de la división geopolítica y hacen lo que quieren sin rendición de cuentas”.
Sobre la desigualdad, recordó que “no es una cuestión técnica ni burocrática; en el fondo, es una cuestión de poder con raíces históricas”, y apuntó que en los últimos tiempos esto se ha agravado, pues de entre los 75 países más pobres del mundo, dos tercios están peor que hace cinco años. En este mismo periodo, los cinco hombres más ricos del mundo han duplicado sus fortunas, dijo.
Guterres expresó así que un 1% de los habitantes del mundo poseen el 43% de los activos financieros del planeta y, sin embargo, en muchos países los gobiernos dan regalos fiscales a grandes empresas y a los “ultrarricos” que van en detrimento de inversiones en salud, educación o protección social, criticó. Y “los que tienen poder, y los que creen tenerlo, son siempre reacios al cambio”, señaló, pero a ellos les recordó que “si no hay reformas, la fragmentación es inevitable, y las instituciones globales perderán legitimidad, credibilidad y eficacia”.
En lo referente a las incertidumbres, dijo que el mundo va entendiendo que un futuro sin combustibles fósiles es seguro, “pero la transición rápida no lo es”, y criticó que en bastantes países “las compañías petroleras amasan fortunas enormes gracias a los subsidios”, mientras la gente de a pie soporta los costos de la catástrofe climática.