Los esfuerzos para lograr una tregua en la Franja de Gaza antes del Ramadán, que empieza previsiblemente el lunes, fracasaron, lo que podría provocar un estallido de violencia en Cisjordania y Jerusalén tras el llamado de Hamás a una movilización general.
“Claro que lo estoy”, respondió la noche del viernes el presidente estadounidense, Joe Biden, a los periodistas cuando le preguntaron si estaba preocupado por la inminente llegada del Ramadán sin haberse concretado un acuerdo de tregua en el enclave, ante el riesgo de que la situación desemboque en más derramamiento de sangre en la región.
La Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en la mitad este ocupada de la ciudad, es un tradicional foco de tensión en la zona, especialmente en el mes sagrado musulmán, cuando cientos de miles de fieles acuden a rezar y a menudo surgen enfrentamientos entre palestinos –para quienes el lugar es también un símbolo nacional y suelen enarbolar banderas, también la de Hamás– y la policía israelí.
El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, y el jefe del servicio de inteligencia Shin Bet, Ronen Bar, aprobaron este sábado nuevos planes para continuar la guerra en la Franja de Gaza, cuando los esfuerzos para una tregua antes del Ramadán fracasaron esta semana.
Sin embargo, la esperanza de una tregua no está perdida y los equipos negociadores volverán este domingo a El Cairo para intentar sellar un acuerdo a pesar de las diferencias: Hamás exige un compromiso para el fin de las hostilidades y la retirada de las tropas; mientras que Israel solo acepta una tregua temporal y demanda una lista con los rehenes vivos. Medios israelíes publicaron que los jefes del Mossad y la CIA se reunieron el viernes para discutir el acuerdo.
Consciente del potencial riesgo que entraña el Ramadán, el gobierno israelí confirmó esta semana que no impondrá restricciones al acceso de fieles al recinto, a pesar de los llamados de los partidos de ultraderecha de la coalición, especialmente del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, a limitar su presencia y vetar permisos a palestinos de Cisjordania.
La ultraderecha encabezada por Ben Gvir –exponente del movimiento colono y del sionismo religioso– clamó contra la decisión que permitirá “celebraciones de Hamás en el Monte del Templo” y que “está muy lejos de la victoria total prometida por Netanyahu”.
Generalmente Israel otorga miles de permisos especiales a palestinos tanto de Cisjordania ocupada como de la Franja de Gaza, que normalmente no pueden pisar su territorio, para acudir a Al Aqsa en Ramadán. Más de cuatro millones de fieles, la mayoría palestinos de Cisjordania y Jerusalén, acudieron el año pasado al lugar durante todo ese mes, llegando a aglutinar a unas 250.000 personas los viernes, el día principal de rezo.
En el recinto está la sagrada mezquita de Al Aqsa, así como la del Domo de la Roca –donde Mahoma subió al cielo–, y ambas representan el tercer lugar más sagrado del islam tras La Meca y Medina; mientras que esa roca es para los judíos el Monte del Templo, donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac, y donde se levantó el Segundo Templo, el sitio más sagrado para su religión.
El judaísmo establece que solo algunos rabinos pueden acceder a orar allá, por eso los judíos rezan en el cercano Muro de los Lamentos, aunque en las últimas décadas cada vez más rabinos alineados con el sionismo religioso –que mezcla fe y religión– cambiaron de postura y animan a sus fieles a orar dentro del recinto, provocando tensiones con los palestinos.
Desde que Israel ocupara en 1967 la parte este de la ciudad, hasta entonces controlada por Jordania, se alcanzó un acuerdo, por el que la explanada quedaba exclusivamente para el culto musulmán, pero los judíos podían visitarla y rezar en el Muro de los Lamentos.
A la espera de lo que suceda, el balance de estos cinco meses de guerra deja en la Franja de Gaza más de 30.900 personas asesinadas y 72.500 heridas; mientras que el ataque de Hamás el 7 de octubre en Israel dejó más de 1.200 muertos y 253 secuestrados, de los que 130 siguen cautivos dentro del enclave.