Las autoridades rusas informaron este lunes del derribo de un aparato no tripulado en la región de Kaluga, a unos 200 kilómetros al sur de Moscú.
"Esta noche a las 02.30 en el distrito Frezikovski fue derribado un aparato no tripulado", escribió en Telegram el gobernador local, Vladislav Shapshá, que agregó que el incidente no causó víctimas ni daño.
La semana pasada, el Ministerio de Defensa de Rusia informó del derribo de siete drones ucranianos en la región de Kaluga.
Las noticias sobre la neutralización de aparatos no tripulados en territorios próximos Moscú coincidieron con unos ataques de drones en la capital rusa, que tenían como objetivo el centro financiero Moscow City.
Mientras, la oficina presidencial de Ucrania informó hoy de un nuevo ataque ruso en la región de Járkov (noreste del país) en el que se habrían producido al menos dos víctimas mortales y tres heridos, según el recuento provisional difundido por el portal Ukrinform.
El ataque se produjo en Kucherivka, una aldea de la región, e impactó sobre una vivienda, comunicó a través de Telegram el jefe de la oficina presidencial, Andriy Yermak.
Ayer domingo, el departamento del presidente Volodímir Zelenski había informado de otros dos civiles muertos y cuatro heridos al impactar la noche anterior un proyectil ruso contra un centro de transfusión de sangre de otra aldea de esa región, Kruhlyakivka.
A lo largo del domingo hubo sucesivas explosiones tanto sobre la ciudad de Járkov como en el conjunto de la región, en las que se produjo al menos otra víctima mortal.
En Jersón (sur de Ucrania) se informó asimismo este lunes de un nuevo ataque contra un edificio residencial, en el que murió una mujer y otros ocho civiles resultaron heridos, entre ellos una persona con movilidad reducida.
El ataque se produjo poco después de la medianoche, según el portal Ukrinform.
"Otra noche dramática en Jersón. Las tropas rusas siguen atacando a sus residentes en el centro de la ciudad", escribió el gobernador regional, Oleksandr Prokudin, en Telegram.
Por otra parte, las autoridades ucranianas informaron hoy de la repatriación de 22 soldados que habían sido capturados como prisioneros de guerra por las tropas rusas, entre ellos algunos militares heridos en el frente.
El jefe de la oficina presidencial, Andriy Yermak, informó a través de Telegram de esta nueva operación de intercambio de prisioneros que, por parte ucraniana, representará el regreso a casa de esos soldados, de edades entre 54 y 23 años.
El comunicado, difundido por el portal Ukrinform, incluye fotos de los soldados, que aparecen envueltos en banderas ucranianas tras su liberación.
Rusia y Ucrania han intercambiado presos de guerra de manera ininterrumpida desde poco después del inicio de la invasión rusa, en febrero de 2022, y a lo largo de los 17 meses siguientes.
Según fuentes ucranianas, con estas operaciones se ha logrado el regreso de 2.598 soldados que habían sido capturados por las tropas rusas.
El Defensor del Pueblo ucraniano, Dmitró Lubinets, ha denunciado reiteradamente que buena parte de los soldados recuperados presentan síntomas de torturas y que, mientras duró su cautiverio, fueron desprovistos de prácticamente todos sus derechos.
Además, la consejera delegada de la empresa armamentística RUAG, Brigitte Beck, anunció hoy su dimisión de esta compañía estatal tras la polémica que suscitó al instar a países como España o Alemania a ignorar el veto del Gobierno helvético a la reexportación de material militar de fabricación suiza a Ucrania.
En un comunicado, la firma expone que esta decisión es resultado de una investigación exhaustiva realizada por la junta directiva de la empresa que concluyó que, a pesar de que los actos de la ejecutiva no incurrieron en delitos penales o faltas sancionables, "la controversia solo podía terminar con un cambio de liderazgo".
Beck, quien ocupaba el cargo de directora general desde septiembre de 2022, justificó en el mismo comunicado su renuncia como un intento de emprender "una nueva trayectoria profesional" y agradeció al consejo de la compañía su discusión "abierta y objetiva" sobre el asunto.
Las declaraciones de Beck en una conferencia de prensa el pasado marzo produjeron malestar en el Gobierno helvético, ya que éste se mantiene firme en su principio de neutralidad en base a la ley de material de guerra suiza y por ello no permite que armamento fabricado en su país se exporte o reexporte a naciones en guerra.
Debido a esto, Suiza ha rechazado desde el inicio de la invasión rusa peticiones de los gobiernos de Alemania, España y Dinamarca, que solicitaban permiso para reexportar a las fuerzas ucranianas armamento antes adquirido al país helvético.
RUAG, principal proveedor de material de defensa para el ejército suizo y con sede en Berna, entra ahora en una fase de transición hasta que se cubra la vacante que deja Beck y en la que el director financiero, Christian Priller, y el jefe del área de negocios, Thomas Kipfer, administrarán la compañía juntos de forma provisional.