Histadrut, la federación de sindicatos de Israel, hizo ayer un llamamiento al primer ministro, Benjamin Netanyahu, para que frene la reforma judicial y amenazó con convocar otra huelga general “si es necesario”, en una jornada de protestas masivas en todo el país. “Cuando la situación llegue a un extremo y se hayan tomado todos los demás caminos, intervendremos y usaremos nuestro poder”, afirmó el jefe de Histadrut, Arnon Bar-David, en referencia a la posibilidad de una huelga general.
El pasado 29 de marzo, cuando la presión en las calles llegó a un punto álgido en contra de la reforma judicial (cuando estaba a punto de aprobarse una ley para cambiar la composición del comité de selección de jueces) Histadrut convocó una huelga general, que obligó a Netanyahu a congelar la tramitación de esa legislación.
Miles de manifestantes contra la reforma tomaron ayer las principales carreteras y autopistas de Israel, cortando los accesos a ciudades como Tel Aviv, Jerusalén y Haifa, en una nueva jornada de protestas masivas en todo el país. La Policía israelí detuvo a 66 personas por “violar el orden público”, la mayoría de ellos en Tel Aviv, donde hubo pequeños disturbios. La mayoría de las detenciones, un total de 33, tuvieron lugar en Tel Aviv, donde ha habido varios focos de protestas y la policía llegó a desplegar a la policía montada y cañones de agua en la céntrica avenida Kaplan, epicentro del movimiento de protestas desde hace seis meses, para dispersar a los manifestantes causando varios heridos. Del resto de detenciones, 16 tuvieron lugar en el distrito del centro, 10 en Jerusalén y 7 en la zona de la costa.