El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, se mostró ayer apesadumbrado por el daño que provocó el mar, con la ‘complicidad’ del temporal ‘Karlotta’, en el paseo marítimo de Santa Cruz. “Da pena. Veño de alí con amargura. Hai que ver que forza ten o mar. E porqué é eso?”, se preguntaba el regidor un día después de que la tempestad de agua y viento dejase un reguero de barandillas rotas, señales informativas derribadas y suelos arrancados a lo largo y ancho del recinto portuario.

Pues la respuesta la tiene él. Achaca todos los desperfectos que cuantifica en miles de euros a la escasez de arena en la playa situada a los pies del muelle que gestiona Portos de Galicia.

“Desapareceu a area e agora hai zonas con alturas de ata catro metros e cando ven o mar levanta o que sexa. Se houbera praia como había fai xa anos as olas non farían esos estragos”, apuntó García Seoane, al tiempo que considera que la solución pasa porque la Xunta ceda las competencias del puerto al Ayuntamiento para que el Gobierno, a través de Costas del Estado, rellene el arenal.

Pleamar

No obstante, la meteorología no ha sido adversa solo en el municipio de Oleiros. En Betanzos se mantiene un dispositivo de vigilancia ante el riesgo de que vuelvan a producirse inundaciones en la zona del puerto, la plaza de la Tolerancia y en el barrio de A Ribeira como las que tuvieron lugar la madrugada del lunes. Según fuentes municipales, alrededor de las 06.00 horas, coincidiendo con la pleamar se registró un episodio de lluvias y la subida del caudal del Mandeo, con una velocidad y presión del agua muy elevada. Todo ello derivó en que el río se desbordara y que tuviesen que actuar los servicios de emergencia de Protección Civil.

Las mismas fuentes añaden que la pleamar matutina alcanzó los 4,17 metros, mientras que la de la tarde llegó a los 3,87. Para hoy, la previsión es que también alcance niveles por encima de los cuatro metros. A partir de mañana, miércoles, bajarán a cifras más habituales.

El Gobierno local, que preside María Barral, considera que al igual que hace algunas semanas, cuando también se desbordó el río, la apertura de las puertas de las presas aguas arriba, sin alertar previamente, provocan que crezcan tanto el caudal como la velocidad del agua.

Por ello, aunque este episodio podría explicarse por una coincidencia en el tiempo de diversas circunstancias, se pedirá a la empresa responsable que realice los análisis pertinentes para evitar en lo posible inundaciones en las vías de A Ribeira.