La Fiesta Nacional lo fue de alguna forma también para la hostelería de una ciudad que tiene uno de sus grandes escollos en el espacio que media entre el final del verano y la llegada de Halloween o el comienzo de las cenas de empresa. Muchos aprovechan para cerrar, pero aquellos que lo hicieron durante la última semana se han perdido una parte importante del pastel: una estampa más propia de verano con las terrazas llenas por las noches, a golpe de lunes o martes, y los clientes en manga corta.
Respecto a esa fotografía estival la principal variación es que, en este caso, la práctica totalidad de los comensales hablaban con acento coruñés. Quizás ahí radique esa tendencia a sacarse prendas de encima a poco que el mercurio pase por encima de los 15 grados. El pasado domingo, cuando el termómetro alcanzó los 25 grados, o con los 22 del lunes, era prácticamente imposible encontrar una mesa libre en exteriores en la zona centro. El peregrinar entre la calle de la Estrella, Olmos, Franja y María Pita sorprendió incluso a algunos empresarios. “Es un regalo del cielo”, confesaba uno que estimaba en un 50 por ciento del mes lo facturado en estos días.
Erasmus
Algo no le cuadraba el miércoles a Jan, un erasmus checo al que habían advertido sobre un otoño e invierno de rayos y centellas y al que sólo faltó quitarse la camiseta para ejercer de ‘guiri’ total. “Esto es la caña”, bromeaba con un precario español en The Breen’s Tavern, la terraza de María Pita en la que parece haber figurantes en vez de clientes por su perenne lleno.
La Marina, la gran estampa y termómetro de la situación en ocasiones, tampoco escapó esa tendencia. Alberto Boquete, propietario de La Mansión 1783 y presidente de la asociación de hosteleros de la zona explica: “El fin de semana pasado fue una locura. Nuestra terraza es clave para la facturación y días así son una alegría. Esta vez la mayoría de los clientes eran coruñeses y gente del área metropolitana”.
No obstante, y con la cercanía de Halloween nunca mejor dicho, la caja se convertirá en calabaza este fin de semana. “Por lo menos ya queda poco para la temporada de eventos e intentaremos capear el temporal como podamos”, suspira.
Esa misma expresión la utiliza Héctor Cañete, presidente de los hosteleros coruñeses, para hablar de la semana anterior. “No es que vaya a arreglar nada, dentro de un mes flojo y con muchas vacaciones, pero vale para capear el temporal”, en referencia a los estragos de ‘Kirk’, cuando todo el mundo se quedó en casa, según afirma.